Nintendo sigue maniobrando para atajar la crisis abierta por los problemas de
drift con los Joy-Con de Nintendo Switch. Ayer la compañía
admitía la existencia del fenómeno e invitaba a los usuarios afectados a ponerse en contacto con el servicio técnico, una solución que tiene un precio en caso de que el mando esté fuera de garantía. Sin embargo, esta situación podría cambiar si hacemos caso al memorando interno al que ha tenido acceso
Vice.
Según esta fuente conocedora de la “documentación actualizada del soporte al cliente de Nintendo”, no solo se repararán de forma gratuita los Joy-Con con o sin garantía, sino que en caso de que un cliente haya pagado por ello se le reembolsará el dinero si así lo pide. El memorando posiblemente haya sido sacado del servicio al consumidor estadounidense, pero las indicaciones también deberían haber llegado al español.
“Ya no se solicitará a los clientes que proporcionen un comprobante de compra para las reparaciones del Joy-Con”, dicen las instrucciones internas del servicio de atención al cliente de Nintendo. "Además, no será necesario confirmar el estado de la garantía. Si un cliente ya a pagado por la reparación de un Joy-Con y solicita un reembolso, [...] confirma la reparación y posteriormente realice el reembolso”.
Cuando Vice contactó con Nintendo, la compañía se remitió al mensaje que mandó ayer a varios medios. En él se anima a los clientes de Nintendo Switch a ponerse en contacto con el
servicio de atención al cliente en caso de que su experiencia con la consola no sea la correcta. En la web de
atención al consumidor de Nintendo en España, una de las descripciones señala un problema de comunicación inalámbrica de los Joy-Con cuando “los personajes parecen moverse solos o no responden adecuadamente”.
Esta no es la primera vez que Nintendo y sus clientes tienen un disgusto con los Joy-Con de Switch. En 2017, pocos días después de que la consola se pusiera a la venta, aparecieron
problemas de desincronización de los mandos que terminaron siendo solucionados a nivel de fábrica.
Fuente: Kotaku