A mi no me gusta desde hace tiempo y la detesto desde hace 3 años, las anteriores por mi ni las hubiera celebrado y las campanadas el año pasado no las vi, intentaré resumir mucho por qué.
De pequeño como la mayoría, maravillosas, con mis padres y abuelos y algunas en casa de algún tío en otra ciudad, familia, regalos, vacaciones, etc. Nunca sentí mucho apego a las tradiciones en sí de la propia navidad pero iba a un colegio concertado con monjas, en la parroquia se hacían cosas, se montaba el belén, villancicos, etc.
Mis abuela muere cuando yo tengo 9, los hijos se van haciendo mayores y cada familia la celebra en su casa. Desde hace más de 20 años las navidades son: Mis padres, mi hermano pequeño y yo.
A mi hermano le saco 11, así que cuando el era pequeño y yo era adolescente pues seguía habiendo esa ilusión, a medida que se fue haciendo mayor se fue perdiendo en casa y al final solo quedaba juntarnos nosotros 4 y comer, regalarnos algo, etc. Para mi significaban más tiempo libre y poder viciar más, acostarme tarde, comer dulces y ponerme como un gocho, etc.
Van pasando los veinte y cada vez cansa más, llegan los 30 y ya siento que estoy viviendo el día de la marmota, recuerdo las nocheviejas de hace 4-5 años y estar en el sofá esperando las campanadas y sentir que estaba en un bucle del que no podía escapar, el pensamiento de otra vez aquí? otro año igual? me mataba.
A esto se le suma el sentimiento de total desapego e incluso rechazo que siento por su sentido cristiano, nunca tuvo mucho sentido pero es que ya era directamente absurdo, no me gusta el catolicismo, celebrar algo el 24/25 cuando no crees en el Jesús que presenta la biblia y cuando sabes que es una fecha de festividades paganas por el solsticio "adopatada/robada" por la Iglesia Católica (como todo), me mata.
En mi mente tiene mucho más sentido las celebraciones de la naturaleza que las religiosas, me encantaría que se celebrasen los solsticios por ejemplo pero el catolicismo lo ha engullido todo.
Por último añadir que yo de niño recuerdo el inicio de la navidad en el colegio con las típicas actividades que se hacían las 2 últimas semanas de diciembre, pero es que ahora de adulto eres consciente de lo que realmente es la navidad cuando ves las luces y los turrones desde noviembre.
Hasta que mi vida no cambie y me vea en una situación de echar de menos estas fiestas o a mi familia, no disfrutaré de nuevo de las navidades.
Resumiendo: Sin niños no hay ilusión, sin sentimiento religioso no tiene sentido, y lo mucho cansa.