Orange y Vodafone han anunciado hoy un
importante acuerdo para desplegar de forma conjunta sus redes de fibra óptica en España. Será una inversión de 1.000 millones de euros, con un aporte de 500 millones de cada compañía, con el que esperan llegar a 6 millones de hogares en poco más de 4 años.
La previsión es poder dar cobertura de fibra a más de 50 ciudades españolas en dos fases. En la primera alcanzarían la mitad de los hogares previstos al final de 2015, mientras que durante 2017 terminarían el despliegue para los otros 3 millones.
Las dos operadoras instalarán sus propias redes de fibra de forma independiente, pero en zonas complementarias no solapadas para no duplicar la inversión, y después se facilitarán el acceso mutuo compartiendo sus respectivas infraestructuras. Sin embargo, la conexión de los clientes finales y la gestión del servicio se hará de forma individual, contando cada compañía con sus propias ofertas comerciales.
Aprovechando el anuncio, también
han advertido que la regulación actual sobre fibra óptica es insuficiente y está propiciando que Movistar vuelva a situarse en una posición de dominio del mercado. El ex-monopolio ya cuenta con una cobertura de fibra de más de 2 millones de hogares pero, a diferencia de lo
conseguido por Jazztel, ni Orange ni Vodafone han logrado un acuerdo para utilizar su infraestructura.