Ya no me acuerdo de qué filósofo era esta anécdota, pero lo de "¿Os gusta pasear?" me la ha recordado.
En una fiesta, nuestro filósofo se da cuenta de que una mujer bastante atractiva sale del salón principal al jardín y se dirige a ella:
- ¿Mucha gente aquí dentro, verdad?
- Sí es cierto - le responde la mujer, que además es más guapa aún vista de cerca -, y a mí no me gustan los gentíos. Con lo que más disfruto en este tiempo es paseando sola.
- ¡Qué casualidad - contesta el filósofo - a mí me encanta también pasear solo, ¿paseamos juntos?
Es una chorrada, pero cuando la leí en alguna parte me recordó mucho a lo mal que entramos los tímidos.
Y como respuesta al hilo, me gusta mucho pasear y dado que recientemente me rompí un dedo del pie, he llegado hasta a echarlo de menos. Generalmente me pongo música, sobre todo para "ahogar" el resto de sonidos de la ciudad.