Y en teoría le va bien. El año pasado facturó 60 millones y tuvo beneficios de 9 millones (casi cinco limpios), que para una empresa con poco más de una docena de gente currando es un dato relativamente bueno.
Lo de los 200 millones es un poco en plan "Es exagerado, pero oye, si viene uno y afloja, eso que me llevo". Pero también es una forma de decir: "En un momento dado, quitarme el negocio de encima no es descartable si la oferta me convence", y lo que pueda venir después... será una incógnita. Imaginad que Vodafone o Movistar deciden quitarse OMVs incordiantes de en medio. Pues ya tienen un precio-techo para éste.