Muchos concursos están totalmente amañados. En 2008-2009 estuve muy metido en páginas de sorteos, concursos de juegos en Flash, etc. y juré nunca más participar. A cambio de mucho tiempo invertido, gané una bici con Grefusa (en realidad dos, pero una debieron de sudar de mandarla), un iPod Nano (que debía haber sido un Touch, pero a última hora apareció alguien que me quitó el primer puesto) y dos PS3 (una Fat que petó casi recién estrenada en un juego de Chupa Chups y otra Slim en un sorteo de EOL). Bueno, más bien fueron tres PS3. La tercera fue con Trina, después de estar todo el fin de semana jugando a un puñetero juego tipo Simon... y al final borraron mi nombre de la lista de ganadores y se la dieron a otro. No hicieron ni puñetero caso a mis emails, y cuando llamaba a Atención al Cliente de Schweppes y me pasaban con los responsables del concurso, me colgaban directamente. Lo divertido es que en su página de Té de Trina podías hacerte un blog, así que escribí mi caso con todo lujo de detalles y me puse a refrescar la entrada hasta que salió como el blog más leído en plena portada de su página principal (el blog se llamaba "Trina te tima con Té de Trina")
. Soy un maestro de la aliteración. Tardaron una semana en darse cuenta y borrarlo sin dar explicaciones, pero me quedé muy a gusto. Pensé copiar y pegar mi historia en EOL y mandarla a Menéame (no había Twitter, claro), pero me coincidió con exámenes y asuntos varios y al final lo dejé pasar.
Lo de la PS3 de Trina fue lo que más me fastidió por las horas que le metí (llegué a mear en una botella estando en mi propia casa), pero también gané un lector de ebooks que regalaba una marca de pastillas de arándanos para la cistitis y lo mismo: a última hora apareció un ganador misterioso en el ranking de puntuaciones y ese se lo llevó. Al final me cansé de tanto timo y me di cuenta de que era más productivo invertir mi tiempo en trabajar más
.