Vamos a ver, si a mi que la cambie o no la cambie me suda la polla. Yo ni gano ni pierdo nada (si acaso tiempo y paciencia). Lo que no me gusta es que se rían de mí en mi cara... y vaya, que cuando me pasan estas cosas pues me siento impotente y no me da la sensación de hacer bien el trabajo por el que me pagan.
La consola tiene una garantía, y si la abres pues la estás cancelando, por lo tanto mi deber como vendedor es hacer cumplir con al garantía. Con el añadido de que tengo que gestionar todas las devoluciones. Es decir, cumplimentar la hoja de devolución, elaborar el albarán para Nintendo (en este caso), meter todo el producto de la misma compañía en cajas y en palés, envolverlo y ponerle la dirección. Todo eso avisando por teléfono que voy a hacerles tal devolución, y pueden aceptarla hoy o dentro de un mes, con la consiguiente molestia que supone tener "x" bultos en mi almacén (que cada vez es más y más pequeño).
Por lo tanto, igual igual no me da.
Pero insisto, lo que me "jode" es que se me vengan a reir en la cara con conversaciones como ésta:
X-La consola no enciende y quiero una nueva.
Y-Bien, la probaré delante suya
(la pruebo y funciona).
Y-Bueno, parece que está bien, pruebe a ponerla en otra tele u otro enchufe a ver si va a ser por eso (a ver, que le voy a decir, no le voy a llamar gilipollas en su cara).
X-Pues en mi casa no me funciona, me das otra.
Y-Ehh... me temo que, como puede ver, la consola va perfectamente, insisto en que la pruebe en otro lugar
X-Si no me la cambias lllama a tu encargado y dame una hoja de reclamaciones.
Y en ese momento mi jefe llega y como tiene un millón de cosas por hacer y no quiere ni una reclamación, el HIJO DE PUTA del cliente se sale con la suya.
En fin, pedazo de tocho que os he metido. Ya os contaré si vuelve el maldito hijo de puta este.