Pues eso, que entender de ordenadores es una desgracia. Lo digo más que nada por la familia y tal.
¿Quién no tiene el típico padre que se sienta de vez en cuando en el ordenador y te sienta a su lado para que, desde 0, le expliques cómo bajar música o cosas parecidas? La gracia está en que por más que se lo expliques y lo apunte en un folio, al jodio siempre se le pierde el folio; pero vamos, que ni con folio, que al final hay que sentarse a su lado a explicarle. También esta clase de padres tienen la manía de llamarle a todo igual. El mio por ejemplo, a todo le llama fichero, ya sea un archivo, una carpeta, un acceso directo, un programa... todo son archivos. Entonces, es cuando entra en juego el lenguaje pseudo-informático: "A ver Diego, pa grabar la música que he descargaodel interné, he creao un fichero, y lo he metio to ahí. Luego le dao al nero y le dao a música, pero no graba". Ahí queda eso. Siempre las frases de mi padre van acompañadas de un "ya has tocado el ordenador, que me escondes las cosas para que yo no las use". En fin... ni que decir tiene cuando le sale una ventana de advertencia: "Diego, me ha salio un cartel que decía no se qué de... (se queda buffering el hombre)... no sé, yo le he dao a aceptar y ya está".
Luego está ese tio Luis (por poner), que es tu tio al que sólo ves en los eventos familiares, y que en la última reunión se entera de que sabes darle a las teclas. Entonces llegas a tu casa del curro y te dice tu madre que lo llames, que tiene dudas informáticas. Suspiras, te cabreas porque podías haber sido fontanero y no te estarían preguntando 24 horas al día, llamas, y te dice lo siguiente: "Oye, que como sé que tú sabes de ordenadores, que te iba a decir, que estoy haciendo una presentación en power point, que cómo se pasan las páginas." Aaaaaah !!!
Y quedan los que te "incitan-obligan" a ir a su casa a echarle un ojo al ordenador... esos son los peores...
En fin, esta es la vida del informático de a pie... Y luego llegas a una empresa de programación, donde curras 10 horas diarias y te pagan la módica cantidad de 80 mil pesetas... Qué triste