En mi caso diría sin ninguna duda el
Double Dragon 3 - The Arcade Game de
Game Boy:
Recuerdo haberlo jugado cuando me lo prestó un compañero de clase hace muchos años y me pareció imposible de pasar incluso de la primera pantalla por su control y físicas nefastas - los matones del principio siempre me aniquilaban cerca de la armería esa. Sin embargo, a principios de junio del año 2009 (aún lo recuerdo) decidí quitarme la espina y me propuse pasármelo aunque fuese en el emulador. Lo conseguí, no sin antes sudar la gota gorda (y eso que usé bastantes savestates). La sensación de haberme quitado esa loza de mi lista de juegos pendientes imposibles fue muy buena, sinceramente.
Ahora bien, aquello no fue suficiente, por lo que pensé en pasármelo en el hardware real: la Game Boy. Pues bien, hace unos años (calculo que en el 2014, o así, no lo recuerdo exactamente) me puse manos a la obra y lo pasé sin que que me matasen todas las vidas, lo cual fue un logro bastante importante para mí.
Pero bueno, a lo que voy es que desde el momento en que lo caté nuevamente, tras muchos años en el olvido, a través del emulador, aquél odio tan intenso se tornó en pasión. Y cuando lo volví a jugar en la Game Boy, pues más aún me gustó.
@yuragalo Me ha encantado esa selección de Game Boy que has puesto a excepción del Bakuretsu Senshi Warrior / Cyraid, que sé cual es pero no lo he jugado. Tanto el Master Karateka como el Dragon Slayer I me parecen juegos desesperantes, pero me encantan también. El Pitman / Catrap me gusta también pero no me resulta tan frustrante como los mencionados con anterioridad.