El piloto costó la friolera de 20.000.000 $. Ha habido que esperar a Game of Thrones para que otra serie se atreva con estos niveles de producción.
Siempre fue una serie de desarrollo lento, de las que iba calando poco a poco, pero yo me quedo con la tercera temporada, la más redonda, y el mafioso psicópata encarnado por el estupendo Bobby Cannavale, que acojonaba de verdad, y que por cierto acaba de coincidir de nuevo con Shea Wigham en otra serie, Homecoming.