Finalizado el juego anteayer. El combate final fue el que más intentos dediqué.
Que decir del juego, quedará en mi corazón y estoy enormemente satisfecho. No es un souls, pero sientes que está su alma en el juego todo el rato y eso es increíble. En casi todos los combates he empezado sintiéndome una hormiga
"madre mía pero como voy a matar a este, o esto", poco a poco te lo empiezas a creer, compruebas que eres capaz de hacerle daño y al final te acabas hasta sintiendo superior a él. Me ha encantado, cada victoria me ha hecho sentir orgullosísimo.
No creo para nada que la dificultad sea más fuerte que los souls, al contrario, tanto los souls como bloodborne me parecieron un pelín más exigentes. El tema de la postura me ha parecido un acierto brutal, la jugabilidad exquisita. La única cosa que me ha llegado a fastidiar durante la partida es intentar hacer un mikiri y terminar esquivando