Pues precisamente los que se responsabilizaron del ataque, la milicia pro-iraní Kataib Hizbulah, dicen ahora que suspende las operaciones militares contra Israel y Estados Unidos. En otras palabras, Irán pliega velas porque es perfectamente consciente de que si continua hostigando la inevitable respuesta estadounidense va a ser un conflicto armado abierto donde le va a caer la del pulpo, como suele decirse. Los norteamericanos tienen desde hace décadas los objetivos muy bien identificados, y aunque no les conviene una guerra y menos en año electoral, la paciencia tiene un límite. A Irán tampoco le conviene, por supuesto, ya que tiene las de perder. Ni puede hacer frente al coloso occidental, ni puede permitirse todavía más disidencia interna, ni va a contar con el menor apoyo por parte de unas monarquías del Golfo que están hasta las narices de ellos ( no digamos ya los suníes de Arabia Saudita ). Si no tensa demasiado la cuerda para evitar que se rompa y le azote la cara de momento le va muy bien como le va sin pagar precio alguno por sus tejemanejes, sorteando las sanciones económicas vendiendo petróleo a China y soltando de vez en cuando un poco la correa de sus esbirros del "Eje de Resistencia" en la región formado por las milicias islamistas y yihadistas.
Habrá respuesta al ataque, Biden lo necesita, pero tengo la impresión de que será bastante comedida a pesar de los más de 160 ataques de baja intensidad - salvo este último - a bases y tropas acontecidos desde los hechos del 7 de octubre.
Y hablando de Biden, que cada día parece más decrépito y desubicado: yo no se si sus asesores demócratas se han vuelto locos no ya solo por presentarlo a las presidenciales, donde tiene escasa potencia electoral frente a Trump y la escoria republicana que lo apoya, sino por cómo están gestionando el apoyo ciego a Israel. Por un parte están perdiendo el voto joven, al que no le gusta lo que está sucediendo en Gaza, pero es que a cambio de un voto "moderado" que en realidad quiere decir que no le gusta el trumpismo pero que es conservador y que tiene poco apego y fidelidad al partido demócrata, va a perder el voto musulmán en estados clave que fue el que le dio la victoria. En muchos de esos lugares ganó por apenas unas decenas de miles de votos y sin embargo hay centenares de miles de musulmanes registrados como votantes, que ahora le van a dar la espalda. Me veo venir cuatro años más de ignominia anaranjada, y esta vez el desastre va a ser mayúsculo cuando en la decrépita Europa se imponga en junio la ultraderecha descerebrada de Manfred Weber, el es quien mueve por aquí los hilos del movimiento reaccionario y el verdadero peligro para las democracias occidentales.