Como diría alguno, por fin se hacen las cosas bien, no les estamos fallando.....sin duda hay que dar más ayudas y traer a más, este es el camino. Y el periódico no es un cualquiera ya ni se puede usar la excusa de ese medio no vale, esa noticia no es válida (a quien quiero engañar, la usarán igual xD) fuente ABC. Ya no se puede seguir escondiendo la realidad incuestionable y mira que se intenta.
San Sebastián, de paraíso urbano a nuevo Bronx del Cantábrico
En la Bella Easo se han triplicado las agresiones sexuales, cuadruplicado las riñas y doblado los hurtos. La sensación de inseguridad se ha disparado entre los vecinos. «Primero sufrimos el terrorismo y ahora, a estos delincuentes». Nadie se atreve a señalar en público a una parte de la población de inmigrantes que viven en la marginalidad por temor a parecer racistas
Cuesta imaginar que, en la madrugada del 26 de abril hace cinco años, ahí atrás, a pocos metros, siete individuos -marroquíes, argelinos, rumanos y españoles-, mataron a patadas a Santi Coca, un menor de 17 años, por protestar después de que le quitaran un paquete de tabaco.
En aquellos días, los vecinos comenzaron a percibir y a comentar una nueva etapa de inseguridad, distinta de la amenaza del terrorismo que durante décadas lo había ocupado todo. En San Sebastián te podían matar por tus ideas, pero no por un cigarro en la puerta de una discoteca.
La sensación de inseguridad y de impunidad del criminal han alcanzado su éxtasis en los últimos meses y entre la ciudadanía cunde la sensación de que por las calles campan a sus anchas delincuentes reincidentes -muchos de ellos inmigrantes ilegales- a los que el imperio de la ley no alcanza, que pasan por comisaría sin despeinarse y contra los que el sistema no puede hacer mucho.
«Nunca hemos vivido algo así. Te roban en la playa, te pueden pegar un palo en la calle, te hacen el mataleón para quitarte lo que llevas. Ya no dejas que tu madre salga a sentarse en el banco por si la atracan, la tiran al suelo o le hacen daño. Primero tuvimos el terrorismo y ahora, esta delincuencia«, explica Íñigo, vecino de Riberas de Loyola. Los camareros y dependientes desconfían de los que entran en sus bares y en sus tiendas, la gente se palpa la cartera si pasa delante de determinados grupos, los pibes no vuelven solos cuando salen de noche. »Esta ciudad ha cambiado mucho y a peor -apunta Cristina, dueña de una tienda de muebles del barrio de Egia, uno de los más castigados-. Ahora no puedes pasar por determinados sitios y temes por tus hijos. Lo ves a diario: broncas, amenazas, violencia. Y siempre son los mismos«. »Los mismos« es el primero de muchos eufemismos que el reportero detecta para referirse a la población de inmigrantes magrebíes en situación de marginalidad que vive en San Sebastián.
A cada rato, uno duda de si es víctima de esos bulos xenófobos y del uso que los populistas hacen del miedo. Los datos dicen que no. Según los informes que aporta el sindicato de ertzainas ESAN, desde 2016 hasta 2023, los homicidios consumados y asesinatos en grado de tentativa se han triplicado (de 4 a 14) al igual que las riñas tumultuarias (de 91 a 296), y los delitos relacionados con el tráfico de drogas se han doblado. Los hurtos han pasado de 1.752 a 2.808 y las agresiones sexuales con penetración han crecido de 5 a 21, esto es, se han cuadruplicado (el doble de la tasa nacional). Las peticiones de prisión por parte de la Fiscalía en Guipúzcoa han crecido un 51% en un año y la mayoría de las solicitudes se deben a robos con fuerza y por tráfico de drogas.
Este verano, el PP donostiarra organizó una manifestación contra «la inseguridad». El propio alcalde Eneko Goia ha alertado sobre la situación y ha reunido a policía, jueces y fiscales para atajar la «multireincidencia», que es como denominan elípticamente al fenómeno. No van más allá. Nadie habla del origen de los delincuentes. Las cifras no ofrecen datos del origen de los culpables. El pasado cuatro de septiembre, en el céntrico aparcamiento de la Plaza Easo se produjo una agresión sexual. Las crónicas eran asépticas, como desinfectadas con alcohol, sin referencias al sospechoso. «Si no se dan datos del origen o nacionalidad del agresor es porque al ciudadano no le resulta de utilidad. Hay una víctima y un culpable: nada más», explica Jon Ukiola, director de la Guardia Municipal de San Sebastián.
En las conversaciones entre los ciudadanos se baraja que el agresor del parking es de «los de siempre», segunda elipsis para referirse a los inmigrantes. «La gente tiene miedo a que te llamen racista, claro«, admite Cristina. El tema se trata solamente en círculos de confianza y, conforme el interlocutor se siente más seguro, la denominación del colectivo delincuencial se va concretando poco a poco hasta que en conversaciones con amigos y familia se nombran las palabras malditas: »los moros« y »los menas«.
Media tarde en una conocida tienda de surf de la Parte Vieja. El dependiente corta una conversación telefónica: «Te llamo luego, que ha entrado un chorizo». Se refiere a un joven magrebí bien vestido: camiseta de marca, buenas gafas de sol, zapatillas a la última. Se pasea por la tienda, mira esto y lo otro. Lo tienen vigilado. Cuando sale, pita el arco de seguridad. El dependiente lo persigue y le saca una gorra robada de debajo de la camiseta. Él se ríe y se va. Minutos más tarde, otros chicos del mismo perfil salen de la tienda.
«Te escupen, te amenazan. Si la dependienta es una mujer, se ceban con ella. A una compañera la agredieron sexualmente. Entraron y la manosearon entre tres. Pasó un rato muy malo. Esto ha ido a más desde 2018 hasta aquí. Ya no los denunciamos porque no sirve de nada».
Por cierto, me quedo con esta parte del artículo, dicha por un marroquí que tiene un negocio en Donosti. Manda huevos, resulta que los Españoles tienen que pagar para que les den ayudas, vivienda, comida, educación......y se queja de que somos los Españoles quienes los convierten en monstruos por hacer tanto por ellos.....encima es culpa nuestra y no de los que delinquen incluso cuando no tienen necesidad, que empeño en querer culpar a los Españoles (para justificar de algún modo a los delincuentes) que encima son quienes han de sufragar los gastos de estos delincuentes. Si se les dan ayudas es culpa de esto, si no se les dan ayuda es culpa de los Españoles por no ayudarlos.....no, la culpa es de los que vienen a delinquir, punto, de nadie más.
-¿No le parece bien que se les den ayudas?
-La manera de hacerles abandonar esa vida es que, cuando les cogieran robando, los mandaran a trabajar sin cobrar. A limpiar calles, al campo, a los bosques. Pero les dan comida todos los días. Les dan carros de la compra llenos. Les dan casa, sanidad… Todo. Así ¿quién va a trabajar? Les dan todo porque sienten pena de ellos. Claro que siente uno pena, pero así no les ayudan: los están convirtiendo en monstruos.