Elijan, señores.
-Soy de Madrid y quizás disfrute viendo las calles tan vacías durante unos minutos para volver a mi casa y ver algunos instantes del partidito.
-Soy de la Habana y quedo en mi andrajosa casa con mis amigos para poder disfrutar de algo de fútbol con el que olvidar el penoso costumbrismo.
-Soy de Miami y se me antoja ver el fútbol en la redacción del Nuevo Herald.
-Soy de Curaçao, allá por las Antillas Neerlandesas, y veo el partido en una cochambrosa tele mientras echo de menos unos comentaristas que te hablen en perfecto papiamento.
-Soy de una favela brasileña. Me he enterado por esos mentideros: hay final del mundial entre España y Holanda. Pero no podemos verla: no nos dejan entrar. Y para imaginar la cosa, nos montamos unos partidillos en donde un equipo es España y el otro, Holanda. Disfrutamos de lo lindo.