Por mi naturales, sin duda.
Y prefiero un pecho natural aunque sea pequeñito o esté algo caído (la gravedad existe) a notar un par de globitos artificiales clavados ahí como a fuego.
Realmente, hay muy muy pocas mujeres a las que yo crea que les vendría bien un pecho de silicona. Amputadas por cáncer de mama o aquellas que tengan una asimetría exageradísima (no que una sea ligerísimamente mayor que la otra o tal), para que no se sientan acomplejadas ellas.
Si ella es la que quiere hacerselo, pues evidentemente tocará apoyarla pero a mí me parece surrealista lo de presionar a tu novia para que se ponga implantes. Vamos, si yo fuera ella y mi novio me dice eso, hemos terminado o casi.