Hola a todos.
Os dejo este análisis que he hecho de The Walking Dead. Me ha resultado una experiencia narrativa bastante chula, pero como juego llega a ser aburrido. Hay veces que te tiras 30 minutos sin hacer nada, salvo dialogar, y al final se hace un pelín aburrido a pesar de que la historia mola.
DIRECTO AL CORAZÓN
Antes de comenzar con el análisis del juego, me gustaría hacer un par de consideraciones: primero, no he leído ni un solo cómic sobre The Walking Dead; y segundo, he visto la primera temporada de su adaptación televisiva y no tengo intención de continuarla. Es decir, todo aquello que rodea a esta franquicia me es indiferente, y hasta cierto punto, desconocido. Además, he de añadir que mi última experiencia con juegos de Telltale Games no fue especialmente positiva, de hecho Back to the Future recibió la peor nota de todos los juegos analizados en este blog, y creo sinceramente que fui generoso. Como podéis imaginar, el desarrollo de este título me pasó completamente desapercibido, ni lo esperaba con entusiasmo, ni siquiera sabía cual era su fecha de salida o en qué plataformas sería lanzado. Sin embargo no he sido ajeno a las buenas críticas que ha recibido por parte de la prensa y de los usuarios, por lo que he dejado mis prejuicios a un lado y le he dado una oportunidad. A todo el mundo le pica el gusanillo, y yo, desde luego, no soy una excepción.
Telltale Games vuelve a confiar el lanzamiento de su producto en forma episódica, una fórmula que personalmente aborrezco, pero que disfrutada de una tacada, cuando todos los capítulos han sido lanzados, da forma a una experiencia bastante similar a la de un videojuego tradicional. El punto de partida de la aventura es el asiento trasero de un vehículo policial. Allí se encuentra esposado Lee Everett, un profesor de Universidad que es transportado a las afueras de Atlanta para empezar a cumplir su condena. Durante el trayecto se produce la conversación típica entre agente policial y reo, hasta que la radio del coche recoge algunas conversaciones incoherentes y de repente se produce un atropello... El resto os lo podéis ir imaginando.
Lo cierto es que los primeros minutos del juego son, por momentos, brillantes. Un personaje herido, unos cuantos zombies acechándonos, y una niña indefensa en mitad del bosque, son los ingredientes perfectos para establecer un vínculo emocional con los personajes. No en vano el punto fuerte del juego recae precisamente en las relaciones, cómo los personajes muestran sus inquietudes, sus miedos, su escepticismo ante lo que está ocurriendo, y ello queda patente con la toma de decisiones en momentos críticos que afectan dramáticamente al desarrollo de la historia. La jugabilidad está claramente cimentada sobre los diálogos, ya que la interacción con el entorno es muy limitada. Los escenarios son muy reducidos, los objetos se encuentran con cuentagotas, los puzzles son escandalosamente sencillos, y el inventario como tal no existe. Como aventura gráfica pura y dura estaríamos hablando de un serio fracaso, pero éste no es el caso de The Walking Dead, un juego que tiene mucho más en común con Heavy Rain que con un Monkey Island.
Ni que decir tiene que el punto fuerte de The Walking Dead no está en su jugabilidad, sino en hacernos partícipes de una historia de seres humanos que luchan por la supervivencia en un entorno hostil. La jugabilidad pues, queda relegada a la toma de decisiones, algún que otro QTE enmascarado y poco, muy poco más. Es cierto que podemos mover al personaje por el escenario, pero el grueso de The Walking Dead son los diálogos entre personajes, conocer la personalidad de cada compañero y lidiar con los conflictos del grupo. Y lo cierto es que a pesar de lo pasiva que resulta la experiencia, el título consigue meternos en la historia como pocas veces hemos sentido en este medio. Encariñarte con un compañero de viaje para luego "perderlo", o tener que escoger quien vive o quien muere, son algunas de las situaciones de las muchas que viviremos en esta historia de poco más de 10 horas, y que nos deja con ganas de más, de ver qué pasa a continuación.
Esta impresión gana enteros gracias al diseño artístico del juego. El motor gráfico, ya utilizado en otros títulos de la compañía, sigue mostrando carencias casi inadmisibles en la época en la que estamos, como por ejemplo las bochornosas animaciones de algunos vehículos. Pero todo queda perfectamente disimulado gracias al uso de unos trazados que imitan, con gran acierto, los dibujos de un cómic. Y no solo eso, sino que las animaciones faciales consiguen expresar la emotividad adecuada al momento, sin necesidad de virguerías técnicas que impliquen miles de polígonos. No es un título al que haya que achacarle las pobres texturas, o lo ortopédicas que resultan algunas animaciones de los personajes, aunque también es cierto que la ambientación, ya de por sí buena, ganaría unos cuantos enteros si el apartado técnico se hubiese cuidado un poco más. El acompañamiento musical se limita a enfatizar la tensión en momentos puntuales, siendo el silencio y algunos efectos de sonido aislados, los encargados de mantenernos en vilo. El juego cuenta con voces en inglés y subtítulos en castellano, aunque su traducción resulta bastante pobre.
He de reconocerlo, a pesar de mi escepticismo inicial, esta adaptación de The Walking Dead me ha transmitido buenas vibraciones. No es un juego que destaque por su complejidad técnica, ni si quiera por su posibilidades jugables, su punto fuerte es otro: contar la historia de unas personas ante situaciones límite, y cómo reaccionar ante ellas. Y hacerlo del modo que lo hace, casi como si de un cómic interactivo se tratase, tiene doble mérito. The Walking Dead es una experiencia muy aprovechable, algo limitada jugablemente, pero capaz de transmitir sensaciones que son difíciles de encontrar en un videojuego tradicional, y solo por ello bien merece que le deis una oportunidad.
LO MEJOR
Artísticamente consigue captar el estilo de un cómic.
Hay que tomar decisiones importantes que afectan al global de la historia.
LO PEOR
El motor del juego está claramente desfasado.
Jugablemente no hay mucho que hacer.
NOTA: 67