Buenas, aquí os dejo (casi un mes despues :() el primer capitulo de la historia que empecé, luego si me acuerdo abrire un hilo recopilatorio (espero terminar la historia, aunque sea de manera cutre :D)
En un principio el capitulo es algo largo, espero que no os tire para atras, lo he hecho todo lo ameno posible. Espero que no me haya quedado demasiado denso... ya me direis.
Na mas, ahi va la chicha, que la disfruteis!
________________________________________________
CAPITULO I
CUERPO Y ALMA
El comienzo de mi historia se sitúa en el primer día de instituto del año que cumplí dieciséis primaveras. En un principio podría haber optado por situar la historia al comienzo de mi aventura, pero creo conveniente hacer un cuadro un poco más exacto del Éter (este era el nombre que recibía el mundo virtual que habitábamos, mientras que el mundo exterior pasó a llamarse Mundo Real).
Ese día me reuní con Redmo para ir juntos al instituto. Redmo era mi mejor amigo: una persona buena y leal, un poco impulsivo, y tremendamente obstinado en ocasiones. En lo que a físico respecta, era una persona bien formada; su cuerpo y sus facciones guardaban una armonía poco común entre el resto de la gente, lo cual decía mucho de su autoestima. Uno de sus rasgos más peculiares era un extraño brillo en sus ojos que infundía un profundo respeto; e incluso temor en ocasiones.
Hacía unos cuantos días que no veía a Redmo, así que camino del instituto estuvimos charlando animadamente sobre las vacaciones y el fastidio que suponía tener que volver a la rutina de las clases. Como buenos adolescentes que éramos, nuestro catálogo de temas de conversación era bastante reducido: chicas, cine, música y algún que otro pasatiempo común.
En lo que al instituto respecta, me referiré únicamente a una de las asignaturas que cursamos, exactamente la de "Psicobiotecnología". El nombre de la asignatura era un poco rebuscado, pero si se pensaba fríamente, tampoco se podía encontrar uno mejor. En esa clase se desarrollaba materia de psicología, biología e informática; gracias a esos tres campos se produjo el Primer Traspaso, y gracias también a ellos nuestra sociedad y nuestro mundo había evolucionado considerablemente desde su creación.
Nuestro aula era bastante espaciosa y tenía alrededor de treinta terminales holográficos fijados al suelo, cada uno con su respectivo asiento para cada alumno. Los profesores eran los únicos que disponían de una pequeña mesa, la cual, por cierto, apenas usaban. Esta contaba además con un terminal holográfico y un pequeño sillón.
Éramos unos veinte alumnos en clase, mitad chicos y mitad chicas. Yo me sentaba con Redmo de compañero, en la segunda fila, si mal no recuerdo. Conocía a la mayor parte de mis compañeros de años anteriores, aunque no mantenía una relación muy estrecha. Era cortes y amable con ellos, pero también reconozco que les trataba bastante fríamente.
Todavía hoy recuerdo la primera clase de psicobiotecnología como si fuese ayer. Una de las cosas que más me llamó la atención fue el aspecto del profesor. Era un hombre de unos cuarenta años, de estatura mediana tirando a bajito y algo rechonchete además. Tenía una barba bastante mal cuidada, y su pelo moreno y corto pedía a gritos el uso de un peine. Sus ojos eran de un negro extraordinariamente opaco, tanto que parecían dos hondos pozos. Vestía unos vaqueros bastante gastados y una camisa de cuadros que bien pudiese haber servido de mantel en un camping. En general, y aun siendo su aspecto bastante descuidado, daba la sensación de ser una persona paciente y sabia. Sobre todo muy sabia...
Cuando entró en clase cerró la puerta tras de sí y se dirigió a su mesa. Tomó asiento y se quedó observándonos mientras esperaba a que nos callásemos. Poco a poco la gente de clase fue terminando sus conversaciones y empezaron a dedicar su atención al profesor. Éste se levantó y se colocó en el centro de la clase, entre su mesa y la puerta, donde nos era más fácil verle. Echó otro vistazo rápido a la clase y comenzó a hablar:
- Buenos días. Mi nombre es Taido Sweller y durante este curso impartiré las clases de psicobiotecnología. Esta asignatura está pensada para enseñar aspectos básicos de diversas ciencias que tienen una aplicación diaria en el mundo en el que vivimos. Os recomiendo que prestéis toda la atención que podáis, ya que todo lo aprendáis aquí os será útil durante el resto de vuestras vidas.
>Sobre el programa de la asignatura os diré que realmente no está demasiado definido. Por supuesto que daremos los temas básicos como biología, psicología o informática; pero también intentaré entrar en campos como la física o la filosofía, ya que creo que pueden ser de interés. Dependiendo de la velocidad que llevemos iré adecuando el programa, así que de momento no os puedo comentar más. De los exámenes ya hablaremos más adelante. Las clases las daré oralmente en su mayoría, así que preparad las grabadoras. Si tenéis alguna pregunta sobre lo que esté explicando interrumpidme, no os cortéis. Con esto quedo presentado yo y mi asignatura, así que... ¿Alguna duda?
Miró a un lado y a otro de la clase, pero nadie levanto la mano ni pronuncio palabra, con lo que siguió con sus explicaciones:
- En un principio supongo que pensaríais que no íbamos a dar materia hoy y que os dejaría la hora entera para que charlarais sobre vuestras vacaciones, pero voy a hacer una pequeña introducción para ir avanzando un poco.
En este momento se escucharon algunos suspiros en clase, e incluso yo resoplé bastante poco contento. No había cosa que más odiase que empezar el primer día de clase dando materia, y si para colmo era una asignatura densa, peor que peor.
Como contestación a nuestros suspiros el profesor esbozó una leve sonrisa e inmediatamente después continuó hablando, mientras andaba de lado a lado de la clase pausadamente:
- No hace falta que copiéis lo que voy a decir ahora, no es más que una introducción, aun así sois libres de grabar la clase por si os fuera de utilidad. El nombre de esta introducción es el de "Cuerpo y alma". Me centraré en este tema, pero basándome en una especie animal, la del Homo Sapiens Sapiens. Supongo que todos sabréis que este es el nombre que recibían los seres humanos del Mundo Real.
> Los seres humanos de hoy en día, es decir, los habitantes del Éter, no podemos ser denominados Homo Sapiens, ya que no entramos dentro de la definición de animal. Por animal se entiende un "ser biológico", y ese grado de existencia lo dejamos atrás hace más de 1500 años.
> En el Mundo Real, fue la evolución la que dio lugar a nuevas especies cada vez mas complejas, gracias al mecanismo de la selección natural. Uno de los mayores logros de este sistema automático y aleatorio fue el surgimiento de la conciencia, exactamente en los Homínidos, aun así esta era una conciencia bastante primitiva, y fue necesaria la llegada de la especie Sapiens para que esta autoconciencia llegase a su clímax, con la aparición del arte, la cultura y el habla.
> Estos grados de autoconciencia guardan una estrecha relación con la capacidad craneal, siendo el Homo Sapiens el que mayor capacidad tenía: 1500 c.c. En el cráneo se almacenaba el cerebro, que era el centro neurálgico del hombre, regulaba todas sus funciones y procesaba y almacenaba la información que este recibía a través de sus sentidos. Esta relación directa entre el tamaño del cerebro y la complejidad racional del sujeto nos lleva a señalar la principal diferencia entre ellos y nosotros: la relación entre el cuerpo y la mente.
> Por este planteamiento, en los animales, la mente depende totalmente de la estructura del cerebro. Es decir, que un cerebro simple da lugar a una mente simple, y un cerebro complejo da lugar a un alma mucho más rica y complicada. Si en cambio hablamos de la nueva humanidad, el concepto se invierte totalmente: en este mundo es la mente o el alma la que condiciona el cuerpo en el que vivimos. Es cierto que la conciencia no tiene una representación física por si sola, ni siquiera en nuestro caso, ya que la información que nos forma está almacenada en una memoria informática física, y nuestros pensamientos son el resultado de las operaciones de complejísimos chips procesadores.
> Aun siendo así, en nuestro mundo la conciencia es la que toma el papel relevante. El Mundo Real está compuesto de materia, y por ello el grado superior es el de conciencia. En cambio el Éter es un mundo compuesto únicamente de información, con lo que aquí la conciencia se mueve en su propia salsa, no hace falta un intermediario físico (un cuerpo) para interaccionar con el mundo que nos rodea. Es cierto que incluso aquí necesitamos unos cuerpos ficticios para desenvolvernos en el mundo, ya que por desgracia las conciencias humanas están tan ligadas a un cuerpo que no pueden vivir sin uno. Exactamente ahí radica la ventaja y el inconveniente. Aunque en cierto punto seguimos anclados a un mundo físico, en dos aspectos además, ahora nos desenvolvemos mejor en nuestra existencia, y somos capaces de desarrollar todo tipo de facultades que en el Mundo Real eran totalmente inconcebibles. El arte y la creatividad se han expandido hasta límites antes inalcanzables, vivimos en una época basada totalmente en la cultura, donde las cualidades físicas como la fuerza o la belleza hace tiempo que perdieron la importancia que se les daba en el Mundo Real.
> Con todo esto, podemos afirmar que...
De repente un ruido estridente y agudo retumbó por la clase: la sirena. En ese instante la mayor parte de la clase salió de una especie de letargo: no habían sido capaces de prestar la atención suficiente y estaban enterrados en las palabras del profesor. Los pocos que intentamos seguir el ritmo de la clase estábamos bastante desconcertados, era demasiada información a procesar en demasiado poco tiempo.
El profesor nos miró con asombro, quizá sintiéndose algo culpable:
> Bueno.... eso es todo por hoy. Por las caras que ponéis tendré que bajar un poco el ritmo, siento haberme emocionado demasiado dando la clase. Si alguno la ha grabado y no entendéis algo repasadla en casa, y si tenéis alguna duda preguntadme. Con esto queda abierta la asignatura, ¡hasta mañana!
Una vez el profesor se hubo marchado, la gente empezó a espabilarse, y comenzaron a hablar entre ellos sobre las vacaciones de nuevo mientras esperaban a que entrase el profesor de la siguiente clase.
El resto del día transcurrió sin problemas. Seguía bastante aturdido por la clase de psicobiotecnología, pero pude soportarlo. De camino a casa con Redmo apenas intercambiamos palabra, yo aun tenía el cerebro un poco entumecido por las clases, pero Redmo no parecía alterado, se le veía pensativo, pero no más que de costumbre.
Me despedí de Redmo en el mismo lugar en el que nos habíamos encontrado por la mañana. Cuando llegue a casa comí y después me eché la siesta. Escuché por la tarde un par de veces más la clase; la verdad es que aunque parecía algo complicada, tenía pinta de ser bastante interesante. Esa asignatura prometía, así que decidí hacer el esfuerzo de mantenerme al día: si el profesor no nos mentía esa clase nos sería de utilidad en el futuro, con lo que me propuse sacarle todo el jugo posible.
El resto de la tarde la pase en mi habitación, distrayéndome con lo que podía y pensando sobre lo que el profesor había dicho, realmente algunas cosas eran bastante confusas... Supongo que ese día debía de estar especialmente raro, incluso mi madre me pregunto un par de veces si me ocurría algo.
Por la noche cené y estuve leyendo un libro de aventuras y fantasía, escrito por uno de los Antiguos (un Homo Sapiens, como me habían explicado en clase). No tardé mucho en empezar a ver las letras borrosas, así que opté por acostarme y ver qué me deparaba el día siguiente.