Al parecer,la historia fue un accidente,no hubo confusion porque no iba disfrazado y el veterinario actuo rapidamente administrandole un antidoto.
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Un trabajador del Loro Parque de Tenerife recibió por error un disparo tranquilizante durante un ejercicio en el que se simulaba la fuga de un gorila, lo que le hizo pasar tres días en el hospital. Los hechos sucedieron el lunes durante un simulacro de escapada de un gran primate, según explicó el zoo. «Como parte de dicha simulación, que tuvo lugar en la zona de seguridad de dicho recinto y a la cual accede exclusivamente el personal autorizado del parque, se activó el mecanismo de emergencia oportuno para este tipo de situaciones», se asegura en un comunicado que han colgado en su web.
Armado con una pistola tranquilizante, un veterinario del parque disparó por error un dardo cargado a un cuidador de 35 años, explicó a AFP la portavoz del Loro Parque, Patricia Delponti. «Por una causa que no sabemos se disparó accidentalmente y le dio en la pierna al compañero que estaba al lado, a uno de los cuidadores», aseguró. «El dardo estaba cargado para neutralizar un gorila de 200 kilos. Cuando ese dardo le dio a un ser humano de alrededor de 100 kilos era muy peligroso porque la dosis de tranquilizante era muy grande», explicó la portavoz. El veterinario reaccionó inyectando al desafortunado cuidador un antídoto para el tranquilizante de gorilas.
Una ambulancia llevó después a la víctima a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario de Tenerife, donde salió de su sueño casi ocho horas más tarde, precisó la portavoz. «Estaba evidentemente muy mareado por la cantidad de dosis de tranquilizante que había recibido», aseguró Delponti.
Tras dos días en cuidados intensivos y uno más en observación, el cuidador recibió el alta médica el jueves por la mañana. «Se ha recuperado bien y actualmente se encuentra en buen estado de salud y agradece las manifestaciones de cariño y preocupación que le han hecho llegar», afirma el Loro Parque en el comunicado.
Delponti negó la versión de un periódico local según el cual el veterinario había disparado al trabajador porque iba disfrazado de gorila y que se expandió como la polvora sobre todo por medios británicos y germanos. «No estaba disfrazado ni tampoco el veterinario confundió a nadie. Fue un accidente», explicó. «Es imposible confundir un gorila con un ser humano», matizó Delponti.