Jopé, me habéis dado ganas de rejugarme Shenmue. En fin no voy a caer en la absurdez de comparar el nivel de detalle entre un juego de 1999 lanzado en un hardware de 1998, con otro lanzado en el 2017.
Lo único mostrar un poco a los desconocedores que nos puedan estar leyendo, la ARTESANÍA y el MIMO que pueden encontrar en Shenmue:
- Shenmue es Yu Suzuki mirando los datos de las efemérides metereológicas de Tokyo en 1986, para que durante el juego X día de Diciembre de ese año se pusiese a llover, o nevar, en la barriada de Yokosuka (la cual está recreada a escala real aproximada) a la hora exacta que llovió o nevó en la realidad en esa fecha.
- Shenmue es Yu Suzuki tirando a hachazos la cuarta pared, permitiéndote jugar a videojuegos ARCADE de 1986 dentro de un videojuego, en emulaciones virtuales que te esperan tentadoras en una reproducción de un zulo de salón recreativo que supuestamente existió por la época:
- Shenmue es Yu Suzuki gastando dinero de las arcas de SEGA como si no hubiese un mañana, en cosas como un actor de doblaje diferente para los CIENTOS de personajes diferentes con rutina diaria, carácter, y asuntos propios individuales que pobablan el distrito virtual de Yokosuka.
- Shenmue es Yu Suzuki contratando a maestros reales de diversas artes marciales, para implementar golpes al juego que Ryo podía aprender:
O no aprender, de pergaminos chinos, viejos maestros que hacen Tai chi en un puto parque, o luchadores callejeros, pero vamos; convenía aprenderlos para que al final del juego no te costase 20 palizas superar la última batalla campal
Etc. Etc. Etc. Se necesita un hilo entero para hablar de la obsesión por el detalle de las joyas de la corona en Dreamcast.
No sé hasta donde llegará en inmersión Breath of the Wild, pero creo firmemente que tiene más mérito lo que logró Shenmue en 1999, que lo que sea que haya logrado el juego de Nintendo en el 2017.
Un juego imposible, para un milagro de consola, lanzado en una época de éxito improbable. Shenmue fué un SOL que brilló opacado y a la vez orgulloso desde las tinieblas.
Un fracaso comercial.
Un ORGULLO para el medio del videojuego.
Y una gran experiencia personal