Aunque el Steam Controller se puede considerar un dispositivo extinto tras su
desaparición comercial a finales de 2019, Valve deberá pagar por él. Así lo ha
dictaminado un tribunal de Nueva York, que ha sentenciado que el distribuidor, editor y desarrollador de software infringió
una patente propiedad del fabricante de mandos personalizables Scuf. De forma más concreta, Valve no respetó los derechos de Scuf en lo que respecta al diseño de los botones traseros del Steam Controller, y por ello tendrá que pagar 4 millones de dólares.
El Steam Controller posee dos botones en la parte trasera que pueden ser pulsados con los dedos apoyados en las superficies de agarre del mando. Ironburg Inventions, el
holding propietario de las patentes de Scuf, patento dicho diseño un año antes de que Valve lanzara su periférico, y de hecho, alertó a la firma dirigida por Gabe Newell de ello al poco de tener constancia del mismo.
Según Ironburg Inventions, otros fabricantes de mandos han licenciado su diseño en productos comerciales, pero Valve prefirió ignorar los requerimientos del
holding de Scuf y lanzar el Steam Controller sin más. Valve "simplemente procedió a infringir [la patente] de todas formas. La clásica historia de David y Goliat: Goliat hace lo que Goliat quiere hacer", asegura Ironburg Inventions.
Corsair, que
hace poco compró Scuf para mejorar su posicionamiento en el mercado
gaming, ha emitido un comunicado en el que asegura que el fallo podría abrir el camino a una reclamación por daños y perjuicios hasta donde lo permita el límite de prescripción, lo que podría comportar un desembolso adicional para Valve. Dicha sanción se sumaría a los 7,8 millones impuestos por la Unión Europea por el
bloqueo geográfico de Steam.
Según Kotaku, Valve apelará la decisión. En cualquier caso, es difícil que un nuevo revés legal pueda tener algo más que un impacto marginal en las cuentas de la compañía, que durante 2020
aumentó la venta de juegos un 21,4 %.Fuente: VGC