Hombre que bien, alguien que habla sobre la sobrevaloración de MW2 y no se le lanzan al cuello. Deberé visitar Multi más de vez en cuando.
Mi voto sin duda al juego más sobrevalorado junto con Killzone 2 de la historia.
Además, me abre un tema de reflexión que me hace perder bastante al esperanza respecto al futuro de los videojuegos.
Que MW2 haya sido el lanzamiento más importante de la industria me parece realmente preocupante. Que lo fuera GTA 4 aún me daba esperanzas, porque aunque muchos estén en contra, pueda tener cosas que hace que lo compren muchos noobs también y tal... al menos es un juego realmente MUY trabajado, con un grado de detalle casi sin precedentes... no era un San Andreas v 2.0 lo cual era de agradecer.
Pero que MW2 haya cosechado semejantes notas y ventas es simplemente para estar muy preocupados. Primero porque su modo historia brilla por su ausencia. Una historia escrita por un niño de 5 años, unos cuantos mapas donde se basa en llegar hasta X punto cargándote a todos los "malos", exactamente igual todo el juego, cuyo único argumento es el de "cumple las ordenes de los buenos, los americanos, y salvarás el mundo" poniendo situaciones pseudo-épicas (que se basan simplemente en el caos y en "heroicamente" salir de él) y hasta momentos donde ni sabes a quien disparas, simplemente disparas. Vamos, simple a más no poder, amén de repetitivo (y luego critican a Assassin's Creed de repetitivo, tela...)
Y segundo porque como ya se ha demostrado antes, el juego está centrado únicamente en el online, el modo historia está de relleno. El online, la lacra de la nueva generación de consolas y del futuro de los videojuegos.
Y digo lacra porque se está convirtiendo en esto, una lacra. Que juegos como Assassin's Creed por ejemplo que la gente rabie porque no lleva online... me deprime, sinceramente. "Gracias" al online, se están cada vez aficionando más y más jóvenes con media neurona al mundo de los videojuegos, los que les das un arma y 4 mapas y se gastan los 70€ de turno y babean, cuando resulta que el juego anterior era exactamente igual con otros escenarios. MW2 es el juego que demuestra que con el mínimo esfuerzo se consigue hacer pasta gansa gracias a esta nueva legión de ""jugones"". Los dos años de desarrollo se basan básicamente en hacer los gráficos lo más bonitos, darle estabilidad al online, hacer mapas, portarlos para el modo historia poniendo enemigos y ya tenemos GOTY, el mejor shooter de la historia, y los apelativos que se le han llegado a dar.
¿Qué pasa? Que en Marzo sale Heavy Rain. Por el típico fanboyismo (nunca entenderé el fanboyismo) los Sonyers están adorando el juego, cuando el 70% ni sabe de que va, pero es exclusivo y tiene gráficos molones. Cuando salga, saldrán las hordas de detractores, que es aburrido, que es una película interactiva, que no se entiende el argumento, es una mierda, NO TIENE ONLINE (alguno lo dirá, para descojone general) y luego en encuestas como esta será el gran favorito. No tendrá ni la mitad de las ventas de MW2 y será vapuleado hasta decir basta, cuando sólo con el argumento ya habrá destrozado en todo a MW2.
¿Qué quiero decir con esta parrafada? Que cada vez somos menos los que valoramos el arte y el trabajo y dedicación a un juego. Y el problema es que las productoras y editoras también lo ven. ¿Para qué currarse un juego como Assassin's Creed 2, con un rigor histórico increíble, historia fantástica, banda sonora, recreación de ciudades y culturas, o como Heavy Rain, con una trama y una originalidad con pocos precedentes, pudiendo sacar un juego con la mitad de desarrollo con 10 mapas online, 50 armas y luego meter mapas de pago?
Los genios escasean y las ideas también. La industria del videojuego va cada vez a peor. No estoy en contra del online, pero sí en su moderación. Yo he jugado alguna vez online, y también me he divertido. Pero el online me trae una hora de diversión, luego ni recuerdo como era la partida. Momentos los vividos en la saga Metal Gear, Assassin's Creed, Fahrenheit, ICO... esos momentos permanecen en el corazón y son inolvidables, verdaderas experiencias a la altura de la mejor obra literaria o de la mejor película de cine.