Hoy en día la prensa puede hundir un juego si la editora no ha pagado publicidad. Es un gran riesgo que por sólo 4 palabras mal juntadas en un artículo bochornoso pueda perjudicar un proyecto de millones de euros. Es lógico que los embargos no se levanten hasta el día de salida.
Microsoft ha encontrado el mejor camino, Game Pass, y que cada uno concluya si el juego es bueno o le merece la pena, pero no todos pueden ofrecer un servicio así ni esquivar a la mafia.