No hay palabras para describir lo mucho que me ha costado decidir con qué consola empezar la generación, pero finalmente me paso del azul al verde.
Y en un futuro, cuando la cartera acompañe me cogeré una PS5 por los exclusivos y porque me llama mucho la atención las novedades del mando.
Y eso que hace no tanto estaba seguro al 100x100 que seguía con los japos.
Pero empezaron a sucederse unas noticias/novedades, que no vienen al caso para no convertir esto en un mensaje de multiplataforma, que me hicieron cambiar de opinión completamente.
Pero es que pasar de una PS4 (encima Fat) a tener mañana una Series X con Game Pass...
Me siento como Charlie al entrar por primera vez en la fábrica de chocolate, jejeje.
Está claro que en el corto plazo, los títulos de Game Studios vamos a verlos con cuentagotas, pero cuando brote lo que Phil Spencer ha plantado, será como cuando los Simpson vieron crecidas las plantas del tomaco (¿a qué viene aquí esta referencia a Los Simpson?, ni yo mismo lo sé).
Mi única consola de Microsoft fue la 360 y luces rojas aparte, la disfruté una barbaridad (Fallout 3 y NV, Skyrim, RDR, GTA IV y V, Dead Space y Alan Wake (los dos pienso rejugarlos gracias al Game Pass), Project Gotham 4, Mafia 2, Deadly Premonition, etc.
Y volviendo al presente, se acabó el comprar juegos por el "miedo" a no saber a qué jugar tras terminar el título con el que esté.
Ahora sólo adquiriré los juegos que verdaderamente me hagan tilín y para el resto, GP.
Ahora sólo le pido al señor Spencer que suba una foto agarrado a Mikami (ambos con mascarillas) anunciando un The Evil Within 3 (y un Fallout de Obsidian ya de paso, aunque Mikami no sepa que pinta él en ese anuncio).
Sólo me queda hacerme los 3 años de GPU y pillar unas pilas recargables + cargador y a gozar.
Perdón por convertir el hilo en el Diario de Patricia, pero me apetecía compartir estas chorradillas autobiográficas.
¡Saludos!