Igual que los
concept cars son estudios de diseño creados para adelantar las líneas de posibles modelos comerciales, de vez en cuando los fabricantes de teléfonos ofrecen un vistazo a sus próximas tecnologías usando modelos conceptuales.
Oppo es particularmente afín a este tipo de prácticas, pero Xiaomi le va a la zaga. Como ejemplo tenemos el último móvil presentado por la firma del conejo, un ¿prototipo? aún anónimo y por ahora sin mucho aspecto de convertirse en producto comercial.
Dotado con lo que Xiaomi describe como una pantalla en cascada por los cuatro costados, el teléfono conceptual de Xiaomi posee un panel que se pliega en 88 grados sobre los laterales (algo que ya
no es totalmente novedoso), pero también sobre los lados superior e inferior del dispositivo. Tan solo las esquinas parecen estar "en negro".
Según Xiaomi, para crear esta pantalla ha sido necesario desarrollar internamente procesos de moldeo por presión a 800 ºC y las técnicas de pulimentación correspondientes.
Más allá de la pantalla, este concepto presenta algunas peculiaridades prácticas, puesto que abre el camino a nuevas formas de control. Al extender la pantalla hacia todos los laterales, el teléfono pierde cualquier posible botón físico e incluso los puertos, por lo que solo podría utilizar auriculares Bluetooth y sistemas de carga sin cables.
Tampoco hay auriculares ni micrófonos al uso. En su lugar, Xiaomi utiliza lo que describe elementos piezoeléctricos ultrafinos de tipo cerámico y tecnología de altavoz en pantalla para gestionar el sonido, cámaras invisibles de tercera generación y sensores sensibles a la presión.
Según ha podido saber
The Verge a través de un portavoz de Xiaomi, el teléfono no es una simple infografía. Existe al menos un prototipo funcional, aunque eso no implica que vaya a salir a la venta a corto ni medio plazo, a diferencia del muy real y probablemente mucho más prosaico Mi 11, que será desvelado el próximo lunes.