YouTube se ha convertido en una de las plataformas de entretenimiento y divulgación más populares del mundo, sino directamente la más popular de todas. Esto, a su vez, se ha convertido en un grave problema para la filial de YouTube, que recientemente ha tenido que hacer frente a la aparición de creadores de contenidos dispuestos a rentabilizar vídeos que contravienen las normas del servicio o que
degradan el atractivo de la plataforma de cara a los anunciantes.
Por este motivo, YouTube ha estado ocupada reescribiendo sus normas de uso y atajando problemas tan graves como el de la
difusión de vídeos con abusos infantiles. ¿Pero qué hacer con aquellos contenidos que no vulneran las condiciones de uso y al mismo tiempo pueden ser problemáticos? Un claro ejemplo es el de los canales que se dedican a diseminar todo tipo de teorías conspirativas. La respuesta de YouTube en este caso particular será incrustar información relacionada procedente de la Wikipedia.
Según ha declarado Susan Wojcicki durante su intervención en el festival South by Southwest Interactive, YouTube introducirá un pequeño extracto de texto y un enlace a un artículo relevante en la Wikipedia en aquellos vídeos que promuevan teorías conspirativas patentemente irreales. Como
ejemplo, la máxima responsable de YouTube puso las numerosas
teorías de la conspiración de los alunizajes del Programa Apolo. Los vídeos no serán eliminados, pero bajo los mismos aparecerá el correspondiente enlace a la Wikipedia para proporcionar más información.
Si bien la Wikipedia es una fuente de información falible y no tiene validez académica, sus puntos de vista suelen ser (o deberían ser) relativamente neutros. Wojcicki no ha facilitado una lista con las teorías de la conspiración que activarán esta característica ni detallado el proceso de introducción, pero es de imaginar que YouTube proporcionará más detalles antes de poner en marcha la iniciativa.
La identificación de los vídeos que promueven teorías de la conspiración no es algo baladí. Recientemente YouTube ha tenido que hacer frente a la presión de anunciantes de primer nivel muy en desacuerdo con la aparición de su publicidad en vídeos que pueden dañar la reputación de sus compañías y productos, por lo que estamos hablando de un problema potencialmente económico. También de uno social, y es que la difusión de ciertas teorías con fines políticos o económicos ha resultado en
actos criminales por parte del público al que van dirigidas.
Fuente: Reuters