Hoy es el día. Tras un larguísimo periodo de negociaciones con los respectivos gobiernos europeos y las compañías de telecomunicaciones, el sobrecoste antiguamente aplicado en las tarifas por itinerancia ha pasado a mejor vida en el territorio de la Unión. A partir de ahora será posible realizar llamadas, enviar mensajes de texto y conectarse a Internet desde un dispositivo móvil en el extranjero sin tener que pagar más que en el país de origen, lo que sin duda será una noticia bien recibida por numerosos ciudadanos a punto de emprender sus vacaciones.
La eliminación del sobrecoste por roaming no ha sido sencillo. El proceso ha durado nada más y nada menos que una década, eso sin mencionar los roces que ha llegado a generar entre las autoridades europeas y unos operadores que no estaban dispuestos a cambiar una práctica que podía suponer sorpresas de cientos de euros tras varias semanas de viaje.
Antonio Delgado, corresponsal de RNE en Bruselas, ha elaborado una pequeña pero muy interesante crónica sobre cómo la Unión Europea eliminó el sobrecoste por roaming; una medida que comenzó como un farol en toda regla lanzado por la excomisaria Viviane Reding, que sabiendo que esta sería una maniobra más popular entre la población que entre los propios gobiernos, se inventó un falso acuerdo para reducir las tarifas y dejó a las autoridades anuladas ante el apoyo popular a la medida.
La eliminación de este tipo de tarifas supone un hecho novedoso en sí mismo y no pocos ciudadanos tendrán dudas en cuanto a cómo beneficiarse de esta medida. Bien, no hay que hacer nada. Los operadores han aplicado el cambio de forma automática y un burgalés que se desplace a París con su SIM española no tendrá que pagar más cuando llame a casa. Sin embargo, esto no quiere decir que alguien pueda comprar una tarjeta con un plan más asequible en el extranjero y llevárselo a su país de origen:
Esta y otras dudas tiene su respuesta en un práctico documento (PDF) que ha sido publicado por la Comisión Europea para aclarar cómo funcionarán a partir de ahora las comunicaciones en los 28 países de la Unión Europea. Islandia, Liechtenstein y Noruega, pertenecientes al Espacio Económico Europeo, también se sumarán próximamente a la medida.
Con esto dicho (y porque siempre hay letra pequeña), es importante señalar que los operadores podrán cobrar el roaming si justifican ante las autoridades un impacto en sus ingresos de como mínimo el 3%. No parece que vaya a ser un hecho extendido, pero algunas firmas escandinavas y de los países bálticos ya han pedido que se les aplique esta excepción. En España tenemos el caso de Digi Mobil, que ha solicitado a la CNMC poder aplicar recargos por roaming y aparentemente se encuentra a la espera de una respuesta oficial.
La eliminación del sobrecoste por roaming no ha sido sencillo. El proceso ha durado nada más y nada menos que una década, eso sin mencionar los roces que ha llegado a generar entre las autoridades europeas y unos operadores que no estaban dispuestos a cambiar una práctica que podía suponer sorpresas de cientos de euros tras varias semanas de viaje.
Antonio Delgado, corresponsal de RNE en Bruselas, ha elaborado una pequeña pero muy interesante crónica sobre cómo la Unión Europea eliminó el sobrecoste por roaming; una medida que comenzó como un farol en toda regla lanzado por la excomisaria Viviane Reding, que sabiendo que esta sería una maniobra más popular entre la población que entre los propios gobiernos, se inventó un falso acuerdo para reducir las tarifas y dejó a las autoridades anuladas ante el apoyo popular a la medida.
La eliminación de este tipo de tarifas supone un hecho novedoso en sí mismo y no pocos ciudadanos tendrán dudas en cuanto a cómo beneficiarse de esta medida. Bien, no hay que hacer nada. Los operadores han aplicado el cambio de forma automática y un burgalés que se desplace a París con su SIM española no tendrá que pagar más cuando llame a casa. Sin embargo, esto no quiere decir que alguien pueda comprar una tarjeta con un plan más asequible en el extranjero y llevárselo a su país de origen:
La norma general establece que, siempre y cuando pase más tiempo en su país que en el extranjero, o utilice más su teléfono móvil en su país que en el extranjero, podrá disfrutar de la itinerancia a precios nacionales viaje a donde viaje dentro de la UE. Esto se considera una «utilización razonable» de los servicios de itinerancia.
Si este no es el caso, su operador de telefonía móvil podrá ponerse en contacto con usted. Los operadores pueden detectar posibles abusos analizando la proporción entre el uso del teléfono en itinerancia o en el propio país a lo largo de un período de cuatro meses: si pasa la mayor parte del tiempo en el extranjero y consume más en el extranjero que en su país a lo largo de dicho período, el operador puede pedirle que aclare su situación en un plazo de catorce días. Si continua utilizando los servicios de telefonía móvil en itinerancia más que en su país, el operador puede empezar a aplicarle un pequeño recargo por su consumo en itinerancia.
Esta y otras dudas tiene su respuesta en un práctico documento (PDF) que ha sido publicado por la Comisión Europea para aclarar cómo funcionarán a partir de ahora las comunicaciones en los 28 países de la Unión Europea. Islandia, Liechtenstein y Noruega, pertenecientes al Espacio Económico Europeo, también se sumarán próximamente a la medida.
Con esto dicho (y porque siempre hay letra pequeña), es importante señalar que los operadores podrán cobrar el roaming si justifican ante las autoridades un impacto en sus ingresos de como mínimo el 3%. No parece que vaya a ser un hecho extendido, pero algunas firmas escandinavas y de los países bálticos ya han pedido que se les aplique esta excepción. En España tenemos el caso de Digi Mobil, que ha solicitado a la CNMC poder aplicar recargos por roaming y aparentemente se encuentra a la espera de una respuesta oficial.
De otra forma lo harán, pero no van a perder dinero
Ves a Vodafone, que entra América.