Mientras todo el mundo tiene puestos sus ojos en el coche sin conductor, Airbus mira al cielo. El gigante aeroespacial europeo está determinado a impulsar su negocio más allá de los aviones y helicópteros convencionales, llevando la idea del vehículo autónomo a las nubes de la mano de un singular transporte aéreo como ningún otro. Bautizado con el nombre Vahana, su nueva creación actualiza el antiguo sueño del coche volador con dos importantes novedades: no necesita piloto alguno y funciona íntegramente con baterías.
Este "transporte divino" (en sanscrito Vahana hace referencia a las montura de los dioses hindúes) forma parte de una serie de proyectos radicales que Airbus está desarrollando en secreto con el objetivo de cambiar los actuales paradigmas de la aviación. Su gestación se ha realizado en A3, una división situada en Silicon Valley (donde la compañía espera captar algunas de las mentes más brillantes de la industria) cuya apertura apenas se formalizó este año.
Vahana es radicalmente distinto a otros transportes aéreos unipersonales en su propósito y diseño. Consta de ocho rotores distribuidos en cuatro alas pivotantes, y aunque en un principio ha sido concebido para acomodar a una única persona en su interior, también podría utilizarse para transportar pequeñas cargas. El uso de motores eléctricos redundaría en un vuelo más silencioso y ecológico, mientras que avanzadas medidas de seguridad evitarían la colisión con otros aparatos; una posibilidad remota para Airbus, cuyo proyecto contempla la creación de aerovías con un funcionamiento "predecible y controlado".
Airbus, que ya ha inyectado 140 millones de dólares en el desarrollo de Vahana, espera tener listo un prototipo a escala 1:1 hacia finales de 2017, con vistas a tener un modelo comercial en 2020. Si es que para entonces ya existe un marco regulatorio que permita (o al menos deje pensar) en la circulación de vehículos aéreos sin un piloto humano a sus mandos.
Este "transporte divino" (en sanscrito Vahana hace referencia a las montura de los dioses hindúes) forma parte de una serie de proyectos radicales que Airbus está desarrollando en secreto con el objetivo de cambiar los actuales paradigmas de la aviación. Su gestación se ha realizado en A3, una división situada en Silicon Valley (donde la compañía espera captar algunas de las mentes más brillantes de la industria) cuya apertura apenas se formalizó este año.
Vahana es radicalmente distinto a otros transportes aéreos unipersonales en su propósito y diseño. Consta de ocho rotores distribuidos en cuatro alas pivotantes, y aunque en un principio ha sido concebido para acomodar a una única persona en su interior, también podría utilizarse para transportar pequeñas cargas. El uso de motores eléctricos redundaría en un vuelo más silencioso y ecológico, mientras que avanzadas medidas de seguridad evitarían la colisión con otros aparatos; una posibilidad remota para Airbus, cuyo proyecto contempla la creación de aerovías con un funcionamiento "predecible y controlado".
Airbus, que ya ha inyectado 140 millones de dólares en el desarrollo de Vahana, espera tener listo un prototipo a escala 1:1 hacia finales de 2017, con vistas a tener un modelo comercial en 2020. Si es que para entonces ya existe un marco regulatorio que permita (o al menos deje pensar) en la circulación de vehículos aéreos sin un piloto humano a sus mandos.
Pena de no haber nacido dentro de 20 años y poder ver todo lo que se avecina!!!
(spoiler, visita la página completa para verlo)
Pues lo tienen muy mal los taxistas, le van a dar palos por todos lados.
(imagen)
Tienen que conseguir autorizacion de la FAA para hacer pruebas, luego certificacion de la maquina, luego que quede bien regulado y aprobado el uso de la maquina por parte de la FAA, luego tienen que adaptar los certificados y regulacion EASA y por ultimo AESA para que llegue aqui.
Y dudo que estas maquinas puedan aterrizar donde sea ya que los helicopteros en españa tienen que tener superficies totalmente difinifas con medidas , marcas e iluminacion regulados.
Espero equivocarme pero esto huele a humo