Apremiado por las costosas licencias de los productos Microsoft y por la importación masiva de software foráneo, el gobierno de Brasil ha urgido a la burocracia nacional a adoptar Linux en lugar de Windows.
Aunque las agencias gubernamentales no estarán obligadas a cambiar de sistema operativo, se alentará a las mismas para que no compren ordenadores con Windows preinstalado y opten por soluciones de código abierto.
Ricardo Sigaud, director de integración de sistemas ha declarado a Reuters que en tres años el 80% de los ordenadores utilizados por la maquinaria estatal podrían tener Linux instalado.
Actualmente Brasil gasta más de 21 millones de Euros en licencias y compra diez veces más software del que exporta, debido en parte a los costes de desarrollo, una situación que se pretende enmendar gracias al uso progresivo de Linux y otros programas gratuitos y abiertos.