Estados Unidos, hogar de todos los despropósitos digitales de los últimos meses, nos tiene acostumbrados a aparecer en las secciones de noticias por su escaso respeto a los derechos de los internautas. Por suerte, la noticia de hoy rompe con esta tendencia.
La Cámara de los Representates de los EEUU aprobó ayer con una
mayoría abrumadora el proyecto de ley que pretende acabar con la mayor parte del spam, correo no solicitado que inunda las bandejas de entrada de millones de usuarios de todo el mundo y que supone un grave problema económico (ancho de banda, disminución de la productividad) y apreciativo (pérdida del valor de la comunicación electrónica). Para poner freno a la situación que se vive en el principal productor de spam del mundo, la Cámara ha resuelto la creación de una base de datos donde los usuarios que no quieran recibir ofertas no deseadas por e-mail podrán dejar su dirección de correo. Aquellos que se atrevieran a violar la ley mandando mensajes de tipo pornográfico o económico, se enfrentarían a multas multimillonarias e incluso podrían terminar en la cárcel.
El proyecto, que también afectaría a los mensajes SMS, sigue la estela dejada por la reciente ley contra los telemarketers, que ha sido recibida con júbilo por las asociaciones de consumidores norteamericanas.