Noticia original: Bill Barr, Fiscal General de Estados Unidos, ha solicitado a Facebook la integración de puertas traseras en WhatsApp y el resto de su ecosistema para facilitar la interceptación de comunicaciones cifradas P2P. El borrador de la carta, obtenido por BuzzFeed News, ha sido redactado en colaboración con autoridades del Reino Unido y Australia, partícipes junto a Nueva Zelanda y Canadá (que no aparecen en el documento) en la estrategia de cooperación en inteligencia de señales Five Eyes o Cinco Ojos.
"Las mejoras en la seguridad del mundo real no deberían hacernos más vulnerables en el mundo físico", afirma el documento, solicitando a continuación que Facebook incorpore un diseño de cifrado con espacio para facilitar el acceso a las comunicaciones en un formato descrito como manejable y que ofrezca facilidades de consulta.
El lenguaje de la carta es el habitual. El texto comienza como una declaración de apoyo a las tecnologías que brindan un cifrado fuerte, para después aclarar que "hay que encontrar la forma de equilibrar la necesidad de asegurar los datos con la seguridad pública y la necesidad de las fuerzas de la ley para acceder a información que necesitan para salvaguardar al público, investigar crímenes y prevenir futuras actividades criminales".
La carta evita utilizar directamente la expresión puerta trasera, señalando en su lugar que las compañías "no debería diseñar sus sistemas de forma deliberada para evitar cualquier forma de acceso a los contenidos". El texto finaliza con una serie de solicitudes que reflejan la inclusión de mecanismos de acceso a las comunicaciones, así como el establecimiento de conversaciones con los gobiernos para "facilitar" su integración a nivel de diseño.
La Electronic Frontier Foundation se ha apresurado a mostrar su alarma y afirma lo evidente: las declaraciones a favor de las tecnologías de cifrado fuertes son incompatibles con el establecimiento de puertas traseras. Un barco con agujeros no puede ser estanco.
El establecimiento de puertas traseras no solo es controvertido por sus implicaciones generales para la privacidad de los ciudadanos, sino por el simple hecho de que debilita fundamentalmente la propia seguridad del cifrado; si existen puertas traseras, terceras partes se lanzarán a su descubrimiento y explotación. Y lo mismo es cierto para las herramientas de intercepción, cuya posesión será codiciada por todo tipo de organizaciones ajenas a las contempladas originalmente.