Ayer fue el día en el que se hicieron públicos los beneficios netos obtenidos por la compañía. Unos resultados que para el común de los mortales serían increíbles, no así para Google cuyas estrategias financieras se tienen que valorar en otro contexto.
En números redondos, Google aumentó los beneficios netos en un 12% con 14.400 millones de dólares al cierre del año. Si hablamos únicamente del Q4, el último trimestre finalizó con un alza del 41% y 4.800 millones de beneficio.
Cómo decíamos, buenos resultados, pero por debajo de lo esperado según explican los analistas de Wall Street. Teniendo únicamente en cuenta el beneficio por acción trimestral (la referencia tipo), se llegó a 6,88 dólares en vez de los 7,11 dólares esperados.
Lo más preocupante, según los expertos, ha sido el estancamiento del volumen de negocio. La facturación aumentó un 19% con 66.000 millones de dólares, pero el último trimestre se quedó en un aumento del 15% (frente al 20% del tercer trimestre).
La razón, como indican desde Wall Street, es que la principal fuente de ingresos de Google, la publicidad online, se ha quedado estancada. Mientras el último trimestre mostró un alza en el número de clics sobre anuncios del 14%, el trimestre anterior había alcanzado el 17%. A estas cifras habría que sumarle el aumento sostenido de los gastos (sólo en investigación y desarrollo una subida del 38% con 9.800 millones de dólares).