Representantes de la industria audiovisual española y la Federación Antipiratería dieron esta semana una rueda de prensa para presentar su nueva
Campaña Antipiratería 2005. De forma similar a la anterior, se distribuirán anuncios entre otros medios en cines y DVDs (curiosamente dos medios en los que sus espectadores pagan religiosamente por verlos), en los cuales se equipara la descarga de películas en Internet con el robo de un coche. No contentos con la publicidad engañosa (eso sí es ilegal), han
solicitado al Gobierno que modifique la legislación para multar a quien descargue películas o compre en el top-manta.
Aprovecharon también para lamentarse de la situación actual de la industria por culpa de la piratería, comparándose con un enfermo de sida, con cifras tan
alarmantes como unos supuestos 750 millones de euros de pérdidas (sin demostrar por supuesto) y un 10% de disminución de espectadores de cine con respecto al primer trimestre del año pasado. Lo que no han dicho es que el año pasado batió records de espectadores, y que gracias a las rebajas en el precio de los DVDs se han vendido más películas originales que nunca.