De acuerdo con la publicación asiática, esta noticia implica el reconocimiento de que la compra de Motorola Mobility no ha satisfecho las expectativas de Lenovo, que en estos momentos está reestructurando su división móvil.
La situación de Lenovo en el mercado móvil es compleja. Las ventas de los dispositivos con su propia marca están funcionando mejor fuera de China que tras la Gran Muralla (donde la compañía logró convertirse en uno de los mayores fabricantes del mundo), mientras que tras unos inicios esperanzadores la gama de dispositivos Moto no consigue encontrar su sitio. Algo no está funcionando como debería, y la consecuencia se refleja en unas ventas que durante el segundo trimestre de 2016 registraron una caída interanual del 12% en términos económicos.
La decisión de utilizar la marca Moto en lugar de Lenovo podría tener beneficios a nivel de marketing. Por otro lado, existe el riesgo de que la muy estructurada gama de Moto desaparezca tal y como la conocemos con la llegada de nuevos dispositivos diseñados por Lenovo, reduciendo el peso específico de Moto al valor de su propia marca.