Desde el fatídico 11-S hemos sido bombardeados con rocambolescas teorías y unas abundantes cucharadas de temor esquizofrénico, hasta ahora habíamos oido casi de todo, desde aviones kamikazes a cartas con antrax y posibles atentados de lo más variopinto, pero la siguientes líneas que podéis encontrar en
Meristation prácticamente cruzan el límite de lo racional.
Un cliente, que adquirió 9 consolas PSOne en un comercio perteneciente a una gran cadena en la ciudad estadounidense de Pittsfield (Illinois), ha levantado las sospechas del FBI, ya que, según la agencia norteamericana, una vez desmontada, las piezas de esta consola podrían utilizarse para fabricar bombas. "Pueden ser utilizadas en multitud de operaciones militares, incluyendo dispositivos de entrenamiento. Incluso está la teoría de que algunos de sus componentes podrían ser utilizados como detonadores", comentó el sheriff del condado de Pike. A la pregunta de por qué destinar una consola de videojuegos a estos fines, respondió que la tecnología de esta plataforma "es sofisticada, estoy seguro, para países del Tercer Mundo."
El título de la noticia bien podría ser "Oda a la paranoia yanki"