La diferencia entre la memoria de almacenamiento UFS 2.0 y la más moderna y capaz UFS 2.1 es significativa en términos numéricos. La primera brinda velocidades de lectura secuencial de entre 500 y 600 MBps, mientras que la segunda eleva el listón hasta unos extraordinariamente veloces 700 a 800 MBps. Este tipo de memoria está comenzando a extenderse entre los teléfonos de gama alta debido a sus prestaciones superiores, pero todo apunta a que la cadena de suministro está teniendo graves problemas para satisfacer la demanda de la industria.
No resulta sencillo saber si un teléfono va a estar equipado con una u otra memoria hasta encenderlo. Actualmente se especula que esta "lotería de hardware" (como ha bautizado la situación XDA Developers) parece afectar al modelo convencional del Galaxy S8, y de forma más concreta a algunas versiones con procesador Snapdragon (en España se comercializa con Exynos), aunque es imposible asegurar nada ante el mutismo de Samsung.
La situación recuerda en cierta medida a lo sucedido con el Huawei P10, que de forma inconsistente e impredecible puede integrar memoria eMMC 5.1, UFS 2.0 o UFS 2.1 e incluso RAM LPDDR3 en lugar de LPDDR4. Como Huawei, Samsung también ha modificado en algunos mercados las especificaciones técnicas oficiales del Galaxy S8 para eliminar la mención al tipo concreto de almacenamiento. En el caso de Samsung, afortunadamente, la diferencia entre UFS 2.0 y 2.1 es muy pequeña a efectos de usuario y sería raro que alguien la percibiera fuera de los benchmarks.
Se da la circunstancia de que Samsung fabrica sus propias memorias UFS, pero la demanda del mercado está causando serios problemas de suministro en toda la industria electrónica. Por este motivo Samsung también utiliza chips UFS 2.1 fabricados por Toshiba. Dada la obvia carestía de este tipo de componentes, no sería de extrañar que otros fabricantes se vean obligados a utilizar ambos (o más) tipos de memoria para dar salida a su producción. Las vicisitudes de Huawei y Samsung son solo la puntadel iceberg.
Los usuarios que estén particularmente interesados en saber el tipo de almacenamiento integrado en sus teléfonos pueden descargar la aplicación Androbench para contrastar los resultados.