Sharp, compañía propiedad de Foxconn, ha anunciado haber llegado a un acuerdo con Toshiba para quedarse con el 80,1 % de Toshiba Client Solutions (TCS), su filial de ordenadores personales, por 4.005 millones de yenes (31 millones de euros). Además, la junta directiva de Sharp ha comunicado que llevará a cabo una ampliación de capital de como máximo 200.000 millones de yenes (1.560 millones de euros).
Este es un capítulo más en el desmembramiento de Toshiba, que en los últimos años se ha desprendido su división de chips de memoria, televisores y sensores de imagen. Todo ello es consecuencia de una cadena de nefastas decisiones empresariales encabezadas por el descontrol de Westinghouse. A pesar de la venta, Toshiba asegura que seguirá “proporcionando licencias de marca para ordenadores y equipamiento diseñados, fabricados y vendidos por TCS”.
La adquisición del negocio de PC de Toshiba permitirá a Sharp volver a un difícil y competitivo mercado que abandonó hace ocho años. Pero en esta ocasión la compañía con sede en Osaka (Japón) tiene a su disposición la poderosa maquinaria de Foxconn, uno de los mayores fabricantes del mundo que puede producir y proporcionarle ordenadores a precios competitivos de la misma forma que está haciendo con los televisores.
La división de ordenadores personales de Toshiba pasará a la historia por haber puesto a la venta en 1985 el innovador T1100, considerado el primer portátil del mundo. A pesar de su precio, cerca de 4.000 euros, el dispositivo fue un éxito en todo el mundo y permitió a la marca japonesa dominar el mercado, un control que consiguió mantener con el T3100 (1986). Pero durante la última década la irrupción de los fabricantes chinos y especialmente la aparición de los smartphones y tabletas ha afectado seriamente el mercado de los ordenadores portátiles.
Con este movimiento Foxconn crece aún más. No solo fabrica muchos de los dispositivos electrónicos que nos rodean, sino que además pone a la venta los propios productos bajo diferentes sellos como Sharp y Belkin.
Este es un capítulo más en el desmembramiento de Toshiba, que en los últimos años se ha desprendido su división de chips de memoria, televisores y sensores de imagen. Todo ello es consecuencia de una cadena de nefastas decisiones empresariales encabezadas por el descontrol de Westinghouse. A pesar de la venta, Toshiba asegura que seguirá “proporcionando licencias de marca para ordenadores y equipamiento diseñados, fabricados y vendidos por TCS”.
La adquisición del negocio de PC de Toshiba permitirá a Sharp volver a un difícil y competitivo mercado que abandonó hace ocho años. Pero en esta ocasión la compañía con sede en Osaka (Japón) tiene a su disposición la poderosa maquinaria de Foxconn, uno de los mayores fabricantes del mundo que puede producir y proporcionarle ordenadores a precios competitivos de la misma forma que está haciendo con los televisores.
La división de ordenadores personales de Toshiba pasará a la historia por haber puesto a la venta en 1985 el innovador T1100, considerado el primer portátil del mundo. A pesar de su precio, cerca de 4.000 euros, el dispositivo fue un éxito en todo el mundo y permitió a la marca japonesa dominar el mercado, un control que consiguió mantener con el T3100 (1986). Pero durante la última década la irrupción de los fabricantes chinos y especialmente la aparición de los smartphones y tabletas ha afectado seriamente el mercado de los ordenadores portátiles.
Con este movimiento Foxconn crece aún más. No solo fabrica muchos de los dispositivos electrónicos que nos rodean, sino que además pone a la venta los propios productos bajo diferentes sellos como Sharp y Belkin.
eso es lo que me sorprende, normalmente las ventas de ese tipo son por cientos o incluso miles de millones y esta solo de 30... tan poco vale Toshiba?
Toshiba lleva años sacando agua de la barca y bordeando la bancarrota.
Pienso que Toshiba es una gran marca.
De los 260 millones de pcs vendidos el año pasado solo 1,4 eran de thoshiba, me da que les daba igual cuanto sacaban de la venta, lo importante era dejar de perder dinero.
Ahora solo falta que sean capaces de competir en el mercado.