Si bien todo el mundo daba por hecho que Snapchat saldría a bolsa más pronto que tarde, las cifras de la operación podría coger a más de uno por sorpresa. La compañía espera levantar 3.000 millones de dólares con la venta de acciones, con una valoración total de más de 25.000 millones de dólares.
Según las cuentas de Snapchat, durante el cuarto trimestre 2016 la compañía obtuvo unos ingresos de 165,7 millones de dólares, lo que supone un gran aumento con respecto a los 32,7 millones del mismo periodo de 2015. Al mismo tiempo, sus pérdidas se incrementaron enormemente, pasando de 98 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2016 a generar un agujero de 170 millones. Las pérdidas de Snapchat a lo largo de 2016 ascienden a 515 millones de dólares.
Snapchat se ha hecho arrolladoramente popular en Estados Unidos gracias a los usuarios adolescentes.
Pero tan notables como son estos números, los documentos enviados para aprobar su salida a bolsa son casi igual de interesantes.
Las finanzas y los datos internos de Snapchat han sido un secreto celosamente guardado, pero ahora que quiere comenzar a cotizar la firma ha tenido que abrir puertas y ventanas para que autoridades y posibles accionistas conozcan mejor su actividad. Así es como sabemos que el crecimiento de Snapchat se ralentizó un 82% después de que Instagram clonara una de sus funciones clave con el lanzamiento de sus "historias" y que su base de usuarios internacional comenzó a reducir su crecimiento durante la segunda mitad de 2016.
La documentación de Snapchat también revela que la compañía tuvo que pagar a 157,5 millones de dólares a Reggie Brown como parte de un acuerdo extrajudicial firmado en 2014. Brown, uno de los primeros empleados de Snapchat, alegaba que la dirección de la compañía se había apropiado de su idea original para Snapchat y lo habían expulsado después, negándose a reconocerle crédito alguno ni a ofrecerle una compensación por sus contribuciones.
Con su salida a bolsa Snapchat espera conseguir fondos para financiar la compañía y expandirse a nuevos mercados como el abierto por sus gafas Spectacles, todo ello mientras busca una forma de rentabilizar un servicio inmensamente popular (particularmente en Estados Unidos) pero que todavía parece lejos de generar beneficios.