Aquellos que lo han podido tener en sus manos durante el CES 2018 afirman que la nueva versión de The Duke es una perfecta recreación en tamaño, forma, tacto y materiales que el original, pero por fortuna es notablemente más ligero. El mando luce la misma distribución de botones, incluyendo el blanco y negro (funcionales) encima de los tradicionales A, B, X, Y, el pad direccional (cruceta), botón Back y Star, dos sticks analógicos y dos gatillos en la parte trasera.
Pero The Duke también se ha modernizado. Además de reducir su peso se ha aprovechado el espacio central donde había el logo de Xbox para colocar una pantalla OLED, se puede conectar vía USB, se ha eliminado la ranura para tarjetas y añade dos botones superiores, uno a cada lado. El mando es compatible con Xbox 360, Xbox One y Windows PC.
Versión no final del nuevo The Duke pero en la que ya se muestra la pantalla OLED funcionando.
La pantalla OLED del nuevo The Duke puede ser aprovechada por los desarrolladores, pero Microsoft debe aprobarlo y de momento cuando se presiona solo reproduce un vídeo donde se puede ver la animación con la que arrancaba la primera Xbox. Como curiosidad, Blackley ha revelado que nunca existió este vídeo en Xbox, la consola procesaba esta animación cada vez que se encendía.
Para Seamus Blackley es un milagro que Microsoft haya aprobado el regreso de The Duke, un producto impopular y cuyo mayor mérito fue internacionalizar el Controller S que solo se vendía en Japón. Pero Blackley descubrió mediante Twitter el poder de la nostalgia y que existen jugadores con manos grandes que encontraron en The Duke el mando perfecto. A sus ganas se sumó su relación personal con Phil Spencer, jefe de Xbox, que se ha mostrado entusiasmado con la idea.
El nuevo The Duke estará disponible a finales de marzo de 2018 por 69,99 dólares.
