La historia de Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino transporta a los jugadores hasta el reino de Ding Dong Dell donde gatos, ratones y humanos vivieron una vez en armonía. Pero después de un golpe de estado, Evan, el niño rey de Ding Dong Dell, se ve obligado a huir. Ahora el monarca destronado debe emprender un viaje para construir su propio reino y unir al mundo.
A lo largo de su camino Evan conocerá y contará con la ayuda de Roland, un visitante de otro mundo y Tani, la hija del líder de los piratas del cielo. También le apoyarán durante las batallas los Higgledies, unas criaturas cuyo soporte se dejará notar tanto en ataque como en defensa y fuera del combate, permitiendo al grupo alcanzar lugares a los que de otra manera no sería posible.
Al igual que en Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca, el sistema de combate de Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino sigue siendo el propio de un ARPG. Pero en la secuela Level-5 ha decidido imprimir un poco más de ritmo a los combates abandonando viejas mecánicas para apostar por una acción más rápida. Esta decisión ha dado vida a un sistema que permite cambiar de personaje en cualquier momento y ejecutar combos encadenando golpes cuerpo a cuerpo, a distancia y mágicos.
La parte más estratégica se mantiene permitiendo llevar varias armas equipadas a la vez y al poder configurar el rendimiento de los personajes aumentando su daño, resistencia o poder de habilidades. En cuanto a modos de juego tenemos dos novedades: en Kingdom los jugadores deberán levantar un reino reclutando súbditos y en Skirmish se experimentan los conflictos territoriales con batallas e invasiones.
En las tiendas Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino se encuentra disponible en dos ediciones especiales además de la estándar. Prince's Edition (89,95 euros) contiene una copia del juego junto a un Blu-ray con el making of y el pase de temporada, mientras que la King’s Edition (149,95 euros) suma a ese contenido una caja musical de 20 centímetros que reproduce el tema principal del juego, un libro de arte de 148 páginas y un vinilo con composición de Joe Hisaishi.
