Los usuarios de WhatsApp están ya bastante acostumbrados a que el servicio se interrumpa de forma esporádica por unos minutos. Es una situación relativamente corriente a pesar de los titulares que suele generar en algunos medios. Lo que no es habitual ni mucho menos normal es lo que sucedió ayer por la tarde, cuando un fallo de infraestructura tumbó Facebook, WhatsApp, Instagram, Messenger e incluso Oculus durante horas.
La caída, que tuvo una duración de seis horas, ya es considerado uno de los fuegos más importantes en la historia de Facebook, solo por detrás de la interrupción de más de 24 horas que experimentó en 2019. Como consecuencia del suceso de ayer, las acciones de la red social (que ya llevaban una racha algo mala por sus tribulaciones políticas en Estados Unidos) cayeron de forma automática cerca de un 4,9 %, lo que a su vez desalojó a Mark Zuckerberg de la lista de las cinco personas más ricas del mundo.
La causa del suceso, según ha señalado Facebook en su blog oficial, está relacionada con "cambios en la configuración de los routers troncales que coordinan el tráfico de datos entre nuestros centros de datos".
Cloudflare va un poco más lejos, explicando que todo parece deberse a un fallo de BGP (Border Gateway Protocol), grosso modo, la tecnología que permite a los routers de Facebook indicar su presencia a los routers de infraestructura que gestionan el tráfico de Internet. Si el funcionamiento de BGP se interrumpe, es como si Facebook dejara de existir. A su vez, esta situación desencadenó una cascada de fallos de DNS.
En teoría este fallo debería haberse resuelto rápidamente, pero su detección pudo haberse retrasado por la forma en la que están interconectados los servicios internos de Facebook. Según The Verge, los empleados de la compañía tuvieron que comenzar a utilizar cuentas internas de Outlook para conversar entre ellos al perder el acceso a las oficiales. Asimismo, algunos periodistas hablan de problemas para acceder a las salas de conferencia e incluso a los propios edificios de la empresa mediante tarjetas de identificación.
En estos momentos el servicio está totalmente restablecido. Desde Facebook piden disculpas a todos los usuarios afectados y prometen tomar medidas para mejorar la resiliencia de sus sistemas.
La caída, que tuvo una duración de seis horas, ya es considerado uno de los fuegos más importantes en la historia de Facebook, solo por detrás de la interrupción de más de 24 horas que experimentó en 2019. Como consecuencia del suceso de ayer, las acciones de la red social (que ya llevaban una racha algo mala por sus tribulaciones políticas en Estados Unidos) cayeron de forma automática cerca de un 4,9 %, lo que a su vez desalojó a Mark Zuckerberg de la lista de las cinco personas más ricas del mundo.
La causa del suceso, según ha señalado Facebook en su blog oficial, está relacionada con "cambios en la configuración de los routers troncales que coordinan el tráfico de datos entre nuestros centros de datos".
Cloudflare va un poco más lejos, explicando que todo parece deberse a un fallo de BGP (Border Gateway Protocol), grosso modo, la tecnología que permite a los routers de Facebook indicar su presencia a los routers de infraestructura que gestionan el tráfico de Internet. Si el funcionamiento de BGP se interrumpe, es como si Facebook dejara de existir. A su vez, esta situación desencadenó una cascada de fallos de DNS.
En teoría este fallo debería haberse resuelto rápidamente, pero su detección pudo haberse retrasado por la forma en la que están interconectados los servicios internos de Facebook. Según The Verge, los empleados de la compañía tuvieron que comenzar a utilizar cuentas internas de Outlook para conversar entre ellos al perder el acceso a las oficiales. Asimismo, algunos periodistas hablan de problemas para acceder a las salas de conferencia e incluso a los propios edificios de la empresa mediante tarjetas de identificación.
En estos momentos el servicio está totalmente restablecido. Desde Facebook piden disculpas a todos los usuarios afectados y prometen tomar medidas para mejorar la resiliencia de sus sistemas.
Saludos eolianos.
Los que apuestan / han apostado por WhatsApp para la comunicación empresarial y entre clientes se vieron bien jodidos, poca broma.
Cuando veo que el gobierno usa WhatsApp para comunicar a sus ministros me entran los siete males.
A mi me da pavor los que envían por WhatsApp DNI completos, números de cuentas bancarias y demás información sensible.
Usar WhatsApp para cosas serias es de LAMERS.
La cosa es que WhatsApp se ha institucionalizado para todo, incluso canales oficiales comunicándose por ese medio. Lo que viene siendo un estándar de facto.