El Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés) de Arabia Saudí, uno de los fondos soberanos de inversión más grandes del mundo que tiene como objetivo diversificar la economía del país, ha comprado el 5,01 % de Nintendo, según ha revelado
un documento del ministerio de Finanzas japonés. La operación está valorada en 2.855 millones de euros y transforma al fondo controlado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman en el quinto accionista de la compañía japonesa, según informa Bloomberg.
Esta no es la primera vez que Arabia Saudí invierte en la industria del videojuego mediante su fondo soberano u organizaciones controladas directamente por Mohammed bin Salman. En el pasado el Fondo de Inversión Pública ya ejecutó operaciones similares a la que nos ocupa. Por ejemplo, en 2021 empleó más de 3.300 millones de dólares en adquirir acciones de grandes editores estadounidenses como Electronic Arts, Activision Blizzard y Take Two. El PIF también controla un 5 % de Capcom y la coreana Nexon (que cotiza en la Bolsa de Tokio).
Arabia Saudí no solo usa su fondo soberano de 500.000 millones de dólares para invertir en la industria del videojuego. También ha hecho compras. El pasado enero Savvy Gaming Group, una empresa respaldada por el Fondo de Inversión Pública,
adquirió ESL Gaming, uno de los mayores organizadores de eventos esports, por 960 millones de dólares. En abril Electronic Gaming Development Company (EGDC), una subsidiaria de Mohammed bin Salman Foundation (MiSK Foundation), compró el
96 % de las acciones de SNK.
En principio, la inversión que el PIF ha hecho en Nintendo y el resto de compañías del sector es solo eso, una operación destinada a usar parte de su generoso capital en obtener un beneficio. Sin embargo, Arabia Saudí y su dinero están acompañados de polémica debido a su falta de transparencia y el desprecio que el régimen monárquico tiene por los derechos humanos (tortura, discriminación de la mujer, castigos corporales, esclavitud…). A todo ello debemos sumarle el asesinato del periodista y disidente saudí
Yamal Jashogyi.
El Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí también es conocido por el
sportswashing, una práctica que consiste en usar el deporte para mejorar la reputación, algo que también hacen otros países de su entorno como Catar. En este sentido, Mohammed bin Salman ha usado cientos de millones de dólares para albergar diferentes campeonatos deportivos, desde golf al ajedrez pasando por las carreras de caballos, el Mundial de Fórmula 1 o la Supercopa de España. Además, Arabia Saudí es la propietaria del Newcastle de la Premier League.