“Valve y los editores [Bandai Namco, Capcom, Focus Home, Koch Media y ZeniMax (matriz de Bethesda Softworks] restringieron las ventas transfronterizas de algunos videojuegos para PC en base a la ubicación geográfica de los usuarios dentro del Espacio Económico Europeo (EEE) [...]”, dice la Comisión Europea en un comunicado. En otras palabras, las mencionadas compañías ejercieron un bloqueo geográfico, una práctica que va en contra las normas de competencia de la Unión Europea al reducir la competencia transfronteriza.
“Las sanciones impuestas hoy a Valve y cinco editores de videojuegos para PC por aplicar el bloqueo geográfico sirven como recordatorio de que, según la ley de la competencia de la Unión Europea, las empresas tienen prohibido restringir contractualmente las ventas transfronterizas”, dice Vestager en un comunicado de prensa. “Estas actuaciones niegan a los consumidores europeos los beneficios del Mercado Único Digital de la Unión Europea y la oportunidad de comprar la oferta más asequible que haya en la Unión Europea”.
En resumidas cuentas, una clave de activación de Steam (u otro servicio similar) no puede limitar exclusivamente a los consumidores de un estado miembro concreto de la Unión Europea (por ejemplo, Chequia o Polonia) el acceso a un juego que se haya comprado. En opinión de la Comisión Europea aplicar un bloqueo geográfico reduce la competencia e impide a los consumidores comprar juegos más baratos que pueden estar disponibles en otros estados del Espacio Económico Europeo.
La Comisión Europea informa que los cinco editores cooperaron durante la investigación aportando pruebas y reconociendo tanto los hechos como las infracciones, así que el ejecutivo les ha concedido una reducción de la multa en función de su ayuda. La división ha quedado de la siguiente forma: Bandai Namco (340.000 euros), Capcom (396.000 euros), Focus Home (2.888.000 euros), Koch Media (977.000 euros) y ZeniMax (1.664.000 euros). A todos se les ha aplicado un descuento del 10 % menos a Capcom, que ha conseguido un 15 %.
Valve decidió no cooperar con la Comisión Europea, así que se ha seguido el procedimiento ordinario que ha tenido como resultado una multa de 1.624.000 euros. En total, una sanción de 7.862.000 euros.
