Según señala Aston Martin en su nota de prensa, la cabina AMR-C01 ha sido construida en un chasis monocasco de auténtica fibra de carbono (y no plástico vinilado como alguna otra) y se puede personalizar con distintos acabados, tanto si hablamos de la pintura exterior como de si se trata de la tapicería, bastante minimalista. La posición de conducción y el diseño del asiento se inspiran en el hiperdeportivo Aston Martin Valkyrie.
A nivel técnico, la AMR-C01 cuenta con un monitor QHD 32:9 (la nota no lo indica, pero parece ser un Samsung no especificado), un volante Formula con pantalla LCD a color, doce pulsadores, nueve diales y palas tanto para el embrague como para las marchas (estas últimas realizadas en fibra de carbono) unido a un motor de giro de gran fuerza y precisión, una pedalera electrónica con los mecanismos ocultos y varios botones dispuestos por la cabina.
El apartado informático se completa con un PC de prestaciones vagamente desglosadas (Core i7 y GeForce 2080; sorprende que no haya una RTX 3000), altavoces internos, unos auriculares Sennheiser y una copia de la última versión de Assetto Corsa, aunque Aston Martin señala que también es compatible con iRacing y rFactor2 entre otros simuladores.
Todo este despliegue de hardware tiene un precio. Y no es barato. El PVP es de 57.500 libras (unos 62.000 euros) antes de incluir impuestos y cualquier otro tipo de gasto, pero eso era de esperar considerando la implicación de Aston Martin y el uso de materiales avanzados. En cuanto a su disponibilidad, los primeros envíos tendrán lugar en el cuarto trimestre de este año.
Las unidades se han limitado a 150, y los interesados deberán realizar una muestra de interés lo antes posible para asegurar su cabina.