Vodafone, una de las firmas participantes, proporcionará información centrada en poblaciones en áreas afectadas por la epidemia. Telefónica, por su parte, proporcionará "capacidades de big data y de gestión de datos anonimizados y agregados de nuestra red, datos de movilidad, centros de procesamiento de datos en la nube, así como capacidades de atención telefónica o digital". Orange también aportará herramientas de big data e inteligencia artificial para "conocer los movimientos de los ciudadanos".
De acuerdo con el artículo, los datos recogidos a través de esta iniciativa serán anonimizados y agregados, lo que significa que los usuarios no serán identificados por las herramientas de control por sus números de teléfono o contrato. Sobre el papel, esta iniciativa es análoga o al menos muy parecida al trabajo que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE), que también colabora ocasionalmente con los operadores para realizar estudios de movilidad relacionados con los Censos de Población y Viviendas.
Cabe señalar que España no es única ni pionera en el uso de la geolocalización para combatir la difusión del Covid-19. Los gobiernos de Italia, Austria y Alemania también están utilizando datos anónimos para comprobar el volumen de los desplazamientos y, en el caso de la región italiana de Lombardía, generar mapas de calor.
En otros países el seguimiento es más intrusivo. En China se asignaron "códigos de color" a los usuarios de WeChat y AliPay para indicarles si debían aislarse del público, mientras que en Corea del Sur las autoridades envían mensajes de texto a los ciudadanos señalando los lugares visitados por personas infectadas. Aunque dichos mensajes no incluyen nombres, si reflejan el sexo y la edad de los enfermos, lo que ha llevado a situaciones de estigmatización en base a habladurías. En Israel, por su parte, el servicio de inteligencia interior monitorizará los móviles para informar a los ciudadanos que hayan podido estar en contacto con enfermos y asegurar el cumplimiento de las cuarentenas.