Las gafas de Xiaomi han sido diseñadas para inyectar información sintética sobre escenas reales utilizando una diminuta pantalla MicroLED de un solo color, pero con un brillo máximo de 2 millones de nits para imponerse a los rayos del Sol. Cada uno de sus píxeles mide 4 μm y, a pesar de su elevado brillo, ofrecería una enorme eficiencia para no precisar el uso de baterías externas.
Dicha pantalla, que posee unas dimensiones comparables a las de un grano de arroz, según la compañía, se asocia a alguna clase de sistema de guiado de ondas para refractar la luz a 180 grados, generando imágenes de gran tamaño en lo que sería la lente oscurecida de la gafa. De esta forma se evita el uso de ópticas prismáticas, más pesadas y complejas. Según Xiaomi, el dispositivo pesa 51 gramos.
El propósito general de las gafas inteligentes de Xiaomi es mostrar las notificaciones que recibiéramos en nuestro teléfono, instrucciones de navegación y traducciones de texto e imágenes, así como brindar nuevas formas de interactuar con su asistente digital haciendo uso de una única cámara de 5 megapíxeles.
A juzgar por la descripción técnica proporcionad por el fabricante chino, las Xiaomi Smart Glasses tendrían un funcionamiento semiautónomo, contando con un procesador ARM de cuatro núcleos y una ROM basada en Android, aunque lógicamente solo se les podría sacar todo el partido conectándolas a un teléfono móvil.
En un principio las Xiaomi Smart Glasses son un dispositivo estrictamente conceptual. No tienen fecha de lanzamiento ni tiene constancia de que haya un modelo de producción en camino (solo el coste de las pantallas MicroLED debe ser sustancial), algo que lógicamente podría cambiar a tenor de lo que haga Apple con sus propias gafas de realidad aumentada y si tras las Ray-Ban Stories Facebook se decida a lanzar su propio modelo RA.
