Muchos hablan de esta película como el cierre de una trilogía espiritual iniciada con Uno de los nuestros y continuada en Casino. Yo creo que el verdadero inicio es Malas calles, ya que lo que une estas obras es la obsesión de Scorsese por radiografiar su universo, la particular lección de historia de los Estados Unidos de Marty, desde su adolescencia a mediados de los 50 hasta el final de su juventud a finales de los 70. Scorsese parece querer buscarse a sí mismo retrotrayéndose a aquellos años, siempre desde el punto de visto de un italoamericano a quien su cultura sitúa entre el bien y el mal. Y cada una de las piezas de esta tetralogía refleja el punto de vista de su propia madurez, de los jovencitos de Malas calles pasa a los treintañeros de Uno de los nuestros, luego a la madurez de la mediana edad en Casino y finalmente la vejez en El irlandés.
Considero que Uno de los nuestros es la única obra maestra de esta tetralogía que sirve como definición antonomásica del cine de Scorsese. Casino también es una obra del más alto nivel, pero ya inferior a su predecesora. Y en cualquier caso las que creo que se desmarcan son la primera y la última. Malas calles se notaba que era una obra prematura, el trabajo de un alumno y no de un maestro. Y El Irlandés ya se va al otro extremo, me parece una obra desfallecida, con muchos detalles que demuestran que el que tuvo retuvo, pero que ya no es lo mismo, que los mejores años del maestro quedaron atrás.
Ya entrando en materia, El irlandés me ha dado la misma sensación que me han dado sus polémicos efectos digitales de rejuvenecimiento. Sí, las caras de estos mitos de la interpretación aparecen como si estuviesen en sus mejores años, pero cuando los ves moverse te das cuenta de que son caras jóvenes en cuerpos de ancianos. El ejemplo perfecto es la escena de la paliza al panadero, donde ves a un De Niro de mediana edad moviéndose como un anciano. Eso es El irlandés para mi. Y tampoco creo que el CGI esté muy conseguido porque sí, hace que actores de 80 años aparenten 60, pero realmente deberían aparentar aún menos, no dejan de ser rostros de abuelos a los que les han quitado las arrugas, en ningún momento vemos al De Niro o al Pacino de finales de los 70 o principios de los 80, estamos viendo al De Niro y Pacino de 2019 pasados por un lifting de photoshop que deja sensación de estar reproduciendo una escena cinemática de un videojuego. No obstante, mejor eso que nada, y yo prefiero tener una peli entera de De Niro y Pacino actuando mal maquillados que media peli de otros actores jóvenes ante la imposible misión de hacer de ellos (de hecho, la peli no tendría el mismo interés de ser así).
Hablando de actores, creo que todos están bien, pero una vez más debo decir que, igual que El irlandés no está al nivel de Uno de los nuestros ni Casino, pues tampoco De Niro ni Pacino están al nivel de sus papeles más memorables. Y pese a que aquí comparten muchas escenas, ninguna vale tanto como los 5 minutos que compartieron en Heat. Me gusta más Pacino (pena de la mala elección de doblador) porque está más desatado y eso hace que sus momentos discursivos tengan una fuerza que no se ve con otros personaje. A De Niro lo veo más insulso y camina en una tierra de nadie en la que ni termina de ser todo lo duro que se desprende de su personaje (y de lo que da a entender su hija) ni tampoco lo suficientemente humano para poder conectar con él. Aguanta mejor su nivel habitual un comedido Pesci que con muy poco transmite mucho. También Keitel en los pocos segundos que aparece, pena su infrautilización teniendo en cuenta que se trata de una película de 3 horas y media. En cualquier caso, salvo por respeto nostálgico, dudo que ninguno se lleve ningún Oscar por esta película.
Y lo mismo pasa con Scorsese, que da la sensación de no haber sabido utilizar bien sus recursos ya que a veces sí que nos demuestra su talento con la cámara y de hecho vemos algunos movimientos y ejecuciones marca de la casa, pero en el grueso de la película ese estilo tan suyo se mezcla con un cierto academicismo conformista y comodón que achacaré a la falta de presupuesto o a la incapacidad de llevar a cabo según qué ideas. Sea cual sea la excusa, vemos al mejor Marty en contados momentos, en ciertos chispazos, pero en global el Scorsese de El irlandés es a nivel técnico inferior no solo al de Uno de los nuestros o Casino sino incluso al de obras más recientes como El lobo de Wall Street.
Pero el verdadero punto débil de esta obra es la narrativa. No porque se hagan largas las 3 horas y media, que puede ser ya que para lo que cuenta acaba pareciendo excesivo metraje y una vez más dando la sensación de que la culpa no es de que haya poco que contar sino de que podía haberse aprovechado mejor. Y a eso es a lo que me refiero, no es tanto problema de cantidad como de calidad. Se dejan de lado el conflicto paternofilial o subtramas de otros personajes que podrían haber ayudado a elevar el nivel de la obra y sin embargo se abusa de recrearse demasiado en cosas que no dan para tanto. al menos no de la manera en que están presentadas, y especialmente sangrante me parece a este respecto la última hora dedicada al final de Hoffa, donde se alarga mucho en reiteraciones para luego dar carpetazo de una forma poco estimulante. O ese epílogo larguísimo lleno de escenas innecesarias porque básicamente lo que hacen es reincidir en lo mismo.
En resumen, que es una buena película, entre lo mejor de la última etapa de Scorsese, y sin duda el mejor proyecto cinematográfico de los últimos años basado en reunir a viejas glorias, que atesora momentos de gran brillantez pero que no deja de ser una versión descafeinada de lo mejor que a lo largo de sus carreras nos han ofrecido todos los colosos que trabajan en esta obra. Todo y todos están a buen nivel, pero no a su más alto nivel. Respetable, meritoria y buena, pero lejos de ser la obra maestra que muchos dicen.
Nota: 7