Con esta actualización-ROBO que elimina funciones a mi consola por las que pagué en su día le he cogido un asco a Sony tan profundo que JURO que jamás volveré a comprarles ni un sólo producto electrónico.
De mí no se ríe nadie como consumidor.
Este es la jugada más sucia y más rastrera que jamás haya realizado ningún fabricante de consolas contra sus propios clientes y debe quedarles muy claro que, por muchos fanboys lobotimizados que aplaudan la vergonzosa decisión de sus amos de robarles, somos muchos millones de usuarios los que nos sentimos estafados y que ni perdonamos ni olvidamos el Robo de Sony a día 1 de abril de 2010.