Esperanza Aguirre temía "la foto" de su multa por aparcar en el carril bus de la Gran Vía de Madrid y hubo
una imagen, aunque en ella apenas se la ve. La tomó I.R. S., una ciudadana inglesa de madre española que estos días está en Madrid visitando a su familia y que prefiere no dar su nombre completo. Eldiario.es ha podido hablar con I.R.S, que presenció en primera fila todo el incidente entre la expresidenta de Madrid y dos agentes municipales de tráfico.
I.R.S. estaba en la terraza de una cafetería en el número 42 de la Gran Vía, justo donde la expresidenta de Madrid aparcó su coche en el carril bus para sacar dinero de un cajero que está en esa misma acera. Reparó en ella cuando los agentes de movilidad ya la estaban multando.
"Se la veía muy nerviosa", explica. "Estaba enfadada con los agentes. Se la veía incómoda y nerviosa, se quería ir", asegura I.R.S., que recalca que los dos funcionarios municipales que la multaron fueron extremadamente respetuosos. "En todo momento mantuvieron la calma y los buenos modales, a pesar de que ella cada vez estaba más nerviosa".
La situación se volvió más tensa cuando Aguirre volvió a entrar en el coche y encendió el motor. "Los agentes le pidieron que bajase del coche y ella se negó ". Según explica I.R.S., uno de ellos intentó abrir la puerta del vehículo y Aguirre lo impidió.
"Un agente colocó las dos manos sobre el capó del vehículo pidiendo que se detuviese", explica I.R.S.,. "Ella dio marcha atrás para esquivar al agente y se escapó, derribando la moto".
En la fuga, el coche de Aguirre golpeó a la moto del agente del tráfico que cayó sobre la acera, muy cerca de la terraza de la cafetería. "Los agentes salieron con las sirenas encendidas persiguiéndola por Gran Vía". En total, según I.S.R, todo pasó en apenas cinco o diez minutos.
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