La pregunta es:
¿¿¿Por qué las cosas "para
gamers" (o
hammers, como yo los llamo) son tan horteras???
Que si los leds arcoíris to' ciclaos, las sillas tipo F1, ratones a lo Mazinger Z, cascos huecos color fosforito, latas de refresco radiactivo de 10 L color brilli-brilli,... Creo que hasta hay papel (anti)higiénico fosforescente con patrón de símbolos cibertribales y los adjetivos "brutal" y "bestial" grabados.
Manveru Ainu escribió:De siempre se han usado las palabras del idioma original de donde proviene algo. El latín para biología o derecho, el japonés para manga/ánime, el inglés con la informática y muchas ciencias, etc.
Esto tiene sus matices. En Biología se usa el latín para nombrar el género y especie de los organismos porque se fijó así como regla internacional para esa nomenclatura. Los nombres de genes o proteínas también se toman generalmente de siglas o acrónimos en inglés. Algo parecido ocurre con ciertas técnicas o procedimientos que se nombran según su descubridor, siglas o acrónimos internacionales, o para las que no existe aún equivalente en otras lenguas. Sin embargo, como regla tanto lingüística como científica, está establecido que cuando se utiliza un idioma
se deben usar siempre los tecnicismos correspondientes en éste y evitar anglicismos redundantes.
Sin ir más lejos, en Química las reglas de nomenclatura de la IUPAC para los compuestos químicos se refieren a cada idioma concreto. Otra cosa es que por deformación profesional (y quiero pensar que no por pura ignorancia) al ser el inglés el idioma científico internacional se suelten anglicismos gratuitos a cascoporro en el lenguaje coloquial y la jerga de laboratorio, pero que en contexto formal resultan incorrectos e incluso pedantes y denotan carencias lingüísticas y desconocimiento. Tan cateto queda decir "
me llevo mis tips al bench para hacer un cloning y un staining en yeast" como "
soy un gamer con un buen setting de assets para farmear y campear LOL".
En realidad hay fenómenos incluso más graciosos: Castellanizar anglicismos que ya tienen equivalente desde hace siglos y, peor aún, usar términos ingleses mal pronunciados o incluso una mitad de la palabra bien y la otra mal.