En la época de las 32 bits tuve una Saturn, así que siempre tuve complejo de inferioridad gráfica respecto a los poseedores de PlayStation. Un amigo presumía mucho de su consola, así que un día me invitó a su casa y jugamos al Final Fantasy VII. Igual esto les parecerá sacrilegio a algunos, pero iba preparado para una maravilla de la técnica después de leer que era el mejor juego de todos los tiempos y... no me impresionó nada de nada. Evidentemente el juego mostraba vídeos a una calidad a la que Saturn ni se acercaba y los combates tenían un sombreado muy resultón y magias con transparencias y efectos chulos, aspectos en los que la de SEGA cojeaba, pero los personajes eran cuadradotes y planos cuando ibas andando por ahí, los diálogos eran puro texto y los combates se movían a 15 fps o poco más, con unas animaciones más bruscas que Risto Mejide. Ni los juegos de primera hornada de mi consola se movían así.
Menos de un año después tenía en mis manos el Panzer Dragoon Saga, un juego con combates mucho más dinámicos, con todos los diálogos doblados, a 30 fps con una buena cantidad de polígonos en pantalla, animaciones muy decentes y unos efectos de morphing, sombreado e iluminación bastante logrados (hasta con una especie de ciclo solar de la mañana a la tarde que no había visto nunca). Pues a ver...